Mussolini 1924, Chávez 2004
En Italia, durante los primeros dos años de gobierno de Mussolini (1922-24), había libertad de prensa, se mantenía la división y la independencia de los poderes del Estado y se respetaban, aunque cada vez más formalmente, las libertades civiles y políticas. La violencia y la intimidación contra los opositores en la calle era obra de las tristemente famosas “squadre”, grupos de facinerosos en camisa negra, manejados por el jerarca fascista Farinacci. El gobierno a veces criticaba verbalmente sus “excesos”, dejando colar la idea de que el único que podía controlar la violencia era Mussolini. En las elecciones parlamentarias de abril de 1924, se implantó un sistema electoral mayoritario, no proporcional, algo similar al utilizado en Venezuela para la Constituyente. La oposición se presentó desunida en 21 listas electorales mientras el fascismo planteó básicamente una sola lista, llamada popularmente el “listone”. En un ambiente ventajista y violento, el gobierno obtuvo la mayoría absoluta. El 10 de junio fue asesinado el líder del Partido Socialdemócrata Matteotti. Durante la subsiguiente crisis política, la oposición, dirigida por el líder del Partido Liberal Giovanni Améndola (primo hermano de mi abuelo materno) decidió, como una condena moral, retirarse del Parlamento y reunirse en un palacio de una colina de Roma, el Aventino. Mussolini, aprovechando la ausencia de la oposición pasó todas las leyes que requería para acabar con lo que quedaba del sistema democrático. A través de la intimidación, la violencia, el acecho judicial y tributario, y finalmente el cierre de algunos medios, terminó con la libertad de prensa. Farinacci fue nombrado Secretario General del Partido Fascista y Améndola murió, a consecuencia de una golpiza que le propinó una “squadra”. Améndola es un mártir del antifascismo y, en el plano moral, es digno del más alto respeto, sin embargo el retiro de la oposición del Parlamento y, en general, de las instituciones políticas, el “Aventino”, como se le conoce en la historiografía italiana, es considerado como un gravísimo error de apreciación política, que facilitó la consolidación definitiva de la dictadura fascista. En Venezuela, si no hubiese referéndum, desgraciadamente empezará otro “juego” político, en el cual la oposición no puede abandonar, sin luchar, ningún espacio de poder. “Historia magistra vitae” y quien la ignora “está condenado a repetirla”, agregaba Santayana. A buen entendedor pocas palabras.