Mujeres Fascio
Del talante fascista del presidente Hugo Chávez estamos hartos de tener evidencia. De manera que si bien indignó su llamado el domingo a los comandos de policía para que reprimieran a los estudiantes que salen a manifestar, no causó sorpresa. Lo que difícilmente procesa la mente es ver a señoras del Frente Nacional de Mujeres por el Sí, irrumpir rabiosamente en aplausos cuando el Presidente ordenó “echarles gas y meterlos presos” (a los estudiantes). Vestidas “roja, rojitas” y levantando los puños, no dejaban de alentar a su adorado Comandante a endurecer sus amenazas, sin importarles que las víctimas bien pudieran ser sus propios hijos.
El movimiento estudiantil venezolano ha escrito páginas gloriosas en la lucha por las libertades y por la democracia en el país. Su ejemplo de valentía en 1928 cuando osó denunciar la férrea dictadura de Juan Vicente Gómez; luego su movilización en febrero de 1936 para evitar que, muerto el dictador, sus acólitos secuestraran el poder; sus protestas en el 57 contra un régimen militar que pretendía perpetuarse de manera fraudulenta; y las manifestaciones de los años 60 y 70 en defensa de la autonomía universitaria y de las libertades públicas, nutren un legado valioso muy presente en las luchas por una Venezuela mejor. En reconocimiento de que ahí reposan las esperanzas de futuro, el movimiento estudiantil ha contado con amplias simpatías entre la población.
Ahora protesta contra los intentos de entronización de una autocracia militar, nuevamente por medios fraudulentos. En respuesta, Chávez suma su voz a la de aquellos que en el pasado ordenaban aplastar esta expresión noble y desinteresada de la sociedad, pero escudándose detrás de una máscara de “revolucionario de izquierda” (¡!). Lamentablemente, como lo revela la triste historia de asesinatos y atropellos a estudiantes, no hace falta azuzar a las fuerzas represivas para que desaten su violencia contra la juventud. La conducta de las señoras por el Sí, revela el preocupante avance de la prédica de odio de Chávez. Pone de manifiesto cómo el PSUV –del cual presumo integran su frente femenino-, con su organización en batallones y patrullas uniformadas en rojo, rojito, regimientos incondicionales del Comandante en Jefe dispuestos siempre a cumplir sus órdenes, ha devenido en verdadero Partido Fascista Unido de Venezuela.
Como nos recuerda Andrés Eloy Blanco, “cuando se tiene un hijo, se tienen todos los hijos del mundo”. No sé si es expresión sexista señalar que estas señoras que incitan a reprimir a los jóvenes son ”madres desnaturalizadas”; en fin, también son “padres desnaturalizados” quienes, con saña y desproporción, ejecutan tales órdenes. Quizás lo novedoso en ese mundo tan dominado por la figura del heroísmo “macho” y de la violencia “redentora” que es el fascismo -¡Patria, socialismo o muerte!-, sea la irrupción en escena de estas fascio di combattimento femeninas.
