Muebles y Etapas
A pesar de que el comunismo, si es que podía llamarse tal a los sistemas así denominados, se liquidó oficialmente hace ya bastantes años, lejos de ver en ello una buena noticia, ví más bien una pésima, ya que se había acabado ese comunismo, que no era sino la parte más desacreditada y vulnerable de la revolución, la cual permanecía viva y además fortalecida por el deslastre.
Desde cuando comencé a escribir por la prensa en 1936, me manifesté sincero enemigo no sólo del comunismo, en cuya existencia entonces creía, sino principalmente de la Revolución. Por eso desde cierto punto, me agrada el gobierno chavista porque a la palabra Comunismo, prefiere la de Revolución y las frecuentes declaraciones de sus jerarcas cada vez más la ponen en el ridículo que para mí merecen.
Se atribuye a Sócrates (mejor que Sócrates) el concepto “Tan sólo sé que no sé nada”, donde Juan de Mairena encuentra pecado de orgullo, porque debió añadir “Y aún de eso mismo no estoy totalmente seguro”, ya que lo primero expresa una convicción categórica, reñida con la verdadera modestia. Lo que sí puede creerse es que la ciencia genere incertidumbres mientras que la ignorancia, convicciones. Y si esta ignorancia va unida con la parejería, tendremos la figura de nuestro rollizo presidente y su entorno.
Es manido el principio de que “Los grandes espíritus se encuentran». Pero ese exclusivismo me parece impropio porque mucho más que los grandes, se unen los pequeños. Véase por ejemplo, a quiénes haya escogido como inmediatos colaboradores nuestro rollizo presidente. Sin ir más lejos, el Ejército por ejemplo, rebosa de generales graduados universitarios, pero el Tcnel. Chávez ha escogido al misógino de Valencia. Pérez Jiménez, a quien siempre he considerado como el más indigno de los venezolanos, (sin excluir al actual) que hayan alcanzado el Poder, supo rodearse de personas intelectualmente merecedoras de consideración. No sería razonable poner en un mismo nivel cultural a Laureanito con Rancel, etc. Ignoro quiénes fueran los jefes militares locales de Pérez, pero no me cabe duda de que en Valencia estuviera un general menos adecuado.
De ahí que me satisfagan profundamente la posición política de éste y, sobre todo, sus discursos porque hace contra mi abominada Revolución mucho más que lño que podamos hacer los oligarcas con nuestros escritos o manifestaciones. Repito haber detestado siempre la “Revolución” y, como es natural, mucho más la modalidad hispanopamericana de fidelismo, allendismo, chavismo, etc. Pero para una persona con cierta condición intelectual, resultaba insoportable la posición de aquellos antifidelistas venezolanos del principio. Con todo lo antirrevolucionario que era, me resultaba incómodo que fueran a confundirme con los cubanos antifidelistas que vinieron a Venezuela o con gente de la OLA. Era combatir el crimen con la estupidez y su contacto hacía tambalear mi anticastrismo.
Por fortuna ha llegado al Poder el Tcnel. Chávez, que pretende ser el iniciador de la Revolución en Venezuela y más bien resulta liquidarla por descrédito. Por eso titulé este artículo “Muebles y Etapas”, porque nuestro rollizo presidente quiere ser cuna de tal Revolución y más bien viene resultando su ataúd.