Morales y Flores: dos necesidades bolivarianas
Nacionalizada la EDC y en proceso de estatización el bojote de ELES que hay regadas por todo el país; en espera de mi espada justiciera, el abasto Flor de Patria, el supermercado Funchal, el auto mercado Asturias, la bodeguita Por Fin, el ventorrillo Aquí es, el kiosko La Cachapera, el Matadero Montaña Baja, y tantos otros tarantines y tabernillas que no escaparán de la vigilancia del ojo de Dios en la Patria, es decir, del mío, confirmo que para esta etapa estrepitosa de cinco motores encendidos a todo rugir: MORALES Y FLORES son las dos principales necesidades de mi proceso. Ya les voy a explicar porqué:
Hasta hace unos poquitos días, dos o tres ¿verdad Guillermo, verdad Abraham, verdad Nicolino? la prioridad motora de los motores míos de 8 cilindros ¡Ná guara! eran MORAL y LUCES, pero mi proceso avanza y ya tenemos la luz, la eléctrica, bajo control, recuerden camaradas y hermanos que YO SOY, SIGO SIENDO LA LUZ.
Hoy vista la situación de corri – corri financiero, de la devaluación, de escasez alimentaría, de los bonos Norte – Este –Sur – Occidente, que YO mismo patrociné y promoví, a fuer de tanta idea junta y a la vez, barajadas amontonadas y urgentes y borroneadas – tengo el cacuro seco pero el corazón contento – me doy cuenta de que los dos elementos, cofrades imprescindibles de esta mi Caja de Pandora son, las dos Deus ex machina de mi Olimpo: Morales y Flores.
¡Epa! no se asusten los otros camaradas rojo – rojitos que les voy a explicar largo y tendido el porqué de esta necesidad, si se aguantan los diez pliegos de esta misiva imperial.
En esta nueva etapa de mi proceso, necesitamos no UNA sino DOS Morales: una para adentro y otra afuera, una para los nuestros y otra para ellos, una para los prebendados y otra para los excluidos, en fin, una pá aquí y otra pá allá.
Dos Morales son en perfecta dialéctica hegeliana una sola, la síntesis de la tesis y la antitesis como dicen que decía Carlos Marx, que nos acompañará, por ahora, como matrona mayor justiciera, en este arduo proceso habilitado de pagarme y darme los vueltos. Estoy seguro que ella, la doble moral, sabrá cómo barajar el tiro, el artículo interpretar, la bicha reformar. Todo legal y legítimo, como debe ser, en el Siglo XXI, según dicen mis asesores de Madrid Capital.
Las flores, más si son lóbregas, brunas como la caballera madura de doña Zoila, negras como las mechas de una molotov, serán imprescindibles en esta Revolución Bonita y Floreada, un tanto deslucida a pesar del rojo, para acompañar en su último paseo protocolar a los difuntos del proceso: Arístofánes de San Juan, Juan Vicente, Samuelo, el Herodoto del Proceso, Doña Cornea, Chascón, Yosi, Tarot, Blanca Cruz, y el Dios Rogado, ese tequeño apóstata, idolatrado indistintamente por escuálidos y bolivarianos, herejes hipócritas, desleales, merecedores todos del bolivariano paredón.
Morales y Flores de ahora en adelante me acompañarán en mi largo y amoroso batallar, por unos dieciocho meses, a lo mejor unos poquitos menos que no soy de mucho compinche femenil, para ver si consigo mi anhelado puesto en el reducido, pero bien provisto, Salón de la Fama de la Arbitrariedad.
¡Venezolanos, Bolivarianos, amaos los unos a los otros como yo os amo, con frenesí unas veces y con rabia las demás!
YO.
