Mockus le pone sazón a elecciones colombianas
Interesantísimo el momento que vive Colombia que también es muy especial para Venezuela porque, nuestro país, está metido en el debate electoral que llevará a la Presidencia el próximo 30 de mayo, a uno de los candidatos. Indudablemente que el fenómeno de Antana Mockus pone “sazón” a la decisión. Este hombre dos veces alcalde, académico, luchador ecológico, irrumpió exitosamente con su “Partido Verde” y la designación de su vicepresidente. Mockus no es fácil. Desconcierta. No es que se haya bajado los pantalones en un foro, o que hable tan calmadamente. Es que se contradice mucho. Una vez dice que admira a Chávez y otra que no a Chávez, sino a su condición de ser “elegido” constitucionalmente pero no le dice nada que fue golpista. Que una cosa es ser elegido constitucionalmente, y otra, seguir violando después la Constitución. Otra vez que si deportaría a Uribe si la Corte de Ecuador lo pedía por el caso del ataque contra terroristas en suelo ecuatoriano, y después, que no porque no cabe esa solicitud jurídicamente. No son tonterías. Aunque no parezca posible, esas contradicciones suelen ser presagios angustiosos y más en un país como Colombia. Pero el problema en el descenso de Santos no es Mockus ni es Chávez. Es el mismísimo Santos. Yo no sé si es que tiene una figura como pasada de moda, el cabello muy peinado, la camisa perfecta sin una arruguita, sobre ”cuidado” parece estúpido, pero esas cosas tienen a veces resultados inesperados. Como Ministro de la Defensa estaba bien. Aparece Mockus, vestido con camisas verdes ya sean floreadas, a rayas o lisas, la pollina sobre la frente, el hablar pausado e inteligente, y Santos no puede cambiar lo que es y entonces la publicidad comienza a cometer errores: sale con un predicador cristiano que le asegura que todos los candidatos que han pasado por esa tarima han sido presidentes, sale bailando una cumbia sin ningún ritmo, imita la voz de Uribe apoyándolo, y no da pie con bola.
En este momento, Mockus le lleva 9 puntos en las encuestas. Y Santos sigue cometiendo esos errores lastimosos. Qué de malo tenía seguir siendo sobrio, más bien callado, ratificando la lucha contra el terrorismo, la agenda por la paz. Uribe le dejaba prácticamente el camino abierto. Y creo que el más sorprendido debe ser Uribe. Con toda esta expectativa, Colombia no se detiene. Sube en la bolsa que cae en New York. Y sigue dando el ejemplo de dignidad que le legó Bolívar -el propio, y no ese fantasma triste y manoseado que utiliza Chávez-.