Militares 1
Militares y Política. Tema obligado. Casi Inagotable.
Abordamos el tema en el sentido teórico. En base a supuestos, claro está. Autores opinan que su intervención en política depende del grado de desarrollo de cada país. En los países desarrollados no intervienen directamente, en los subdesarrollados sí. En los desarrollados se dejan sentir cuando quieren «impedir» y/o «conseguir» algo que les interese por medio de la «persuasión». Además, le agregan el aspecto cultural, afirmando que existen unos países «militaristas» por su origen e historia. Entonces, ¿intervienen en todo y/o en aspectos específicos?. ¿Cuándo intervienen?.
Técnica y Política. Otro tema polémico. ¿Cuál es prioritario? Aquí en este escrito ubicaremos a los militares en el campo técnico, por lo tanto inclinados a generalizar, cumplen una función especial, usan recursos públicos, tienen una preparación especial y el monopolio de la fuerza bruta y de las armas y su finalidad es la defensa del Estado, de la Sociedad, del Pueblo. Influyen en la política y ésta en ellos. Y existe, real y jurídicamente, una supremacía de lo civil sobre lo militar en el caso Venezolano.
Disciplina, jerarquía y aislamiento son componentes esenciales y deliberados para su mantenimiento y su entrenamiento está orientado a suprimir todo supuesto que tienda o amenace al Estado, la Sociedad o el Pueblo. Se preparan para la guerra; pero se busca la paz. Se les asigna fondos y recursos; pero nunca están lo suficientemente preparados. Casi siempre su comportamiento bordea lo fantástico en cuanto a posibles enemigos. Cuando participan en una «acción» suponen que han hecho lo mejor y que la terminan rápido. Justifican a cada momento su existencia con el argumento disuasivo de potenciales enemigos del Estado, la Sociedad y el Pueblo. Tienen, en consecuencia, una ubicación distinguida en cualquier sistema político.
Su actuación política depende, en muchos casos, del sistema político y de las propias condiciones del sector militar. Si los militares alcanzan un alto grado de profesionalismo tienden, por lógica, a desarrollar actitudes y opiniones propias, particulares e incursionan en el aspecto ideológico que unido a su «aislamiento» y entrecruce familiar, casi pudiera generar una sub-cultura y entrar, fácilmente, en conflicto con el resto de la sociedad; sobre todo, cuando no se comparten valores e ideología. Aquí nace una posibilidad de intervención de los militares en la política.
Si un sistema político, en crisis o no, es percibido por los militares como débil, ineficaz, sin suficiente apoyo popular, e incapaz de afrontar una posible conmoción interna o externa, entonces hay condiciones como para que los militares actúen en política. Los militares desean un sistema político que resguarde sus propias acciones en caso de una agresión externa. Necesitan un respaldo del Estado, de la Sociedad, del Pueblo.
Cuando los militares intervienen en política directamente por coyunturas aumenta, por deducción, la probabilidad de hacerlo otra vez porque adquieren más peso en la opinión con relación a los líderes políticos, sobre todo si estos últimos son mal percibidos por el pueblo.
Si los valores de la sociedad, en un momento dado, son distintos y chocan con los propósitos intrínsecos de los militares, se presenta casi una condición favorable para la intervención en la política. De igual manera, si un Gobierno democrático sobre-estimula en demasía el uso de la participación del pueblo con fines revolucionarios y radicales, pudiera también estimular la participación militar en la política. En estos dos últimos casos, mejor dicho, condiciones, valores distintos y fines radicales, se propicia el aislamiento militar porque en ambas situaciones, más en el segundo, va implícita o ello implica una reducción, en todo caso, un cambio en el sector militar y una posible molestia, sobre todo del ambiente vecinal, internacional, quienes se pueden sentir amenazados.
Si un Gobierno quiere realizar sus proyectos y no tiene apoyo popular, posiblemente echará mano de los militares; de lo contrario no lo haría. De insistir y hacerlo inicia, entonces, una selección de los militares. Selección que depende de los líderes políticos de turno, dando paso a un nuevo «grupo» de dirigentes militares, a un nuevo tipo de relaciones con el sistema político y, tal vez, a un menor o mayor aislamiento profesional de los militares con la sociedad.
Las explicaciones de la intervención militar en política generalmente son insatisfactorias; pero hay que intentarlas desde múltiples puntos de vista. La supremacía de lo civil sobre lo militar tiene su historia, formas, hasta llegar hoy al nombramiento, en muchos países, de un civil en el cargo de Ministro de la Defensa. El todo, el Estado, la sociedad, la nación, el pueblo, es más importante que sus partes, parecería ser el mensaje o la conclusión; pero sin partes no hay todo. Y los militares están allí para la defensa del todo y de las partes, es su especialidad, su por qué y para qué.
Hoy, en Venezuela, es conveniente, nombrar un civil en el Ministerio de la Defensa. Eso debe incluirse en la nueva Constitución. Es una proposición.
(*): Politólogo
(**): Próximo escrito: Militares2. Intervención en política. 16/08/1999
Caracas, Venezuela.