Metidos en la pelea
“No necesitamos verdades que
nos sirvan, sino una verdad a
la cual servir”. Maritain
En ejercicio del derecho constitucional de participar libremente en los procesos electorales y de elegir y ser elegido, de conformidad con lo pautado en los artículos 62, 64 y 67 de la vigente Constitución y en correspondencia con el artículo 21 de las Normas de Postulación de Candidatos o Candidatas a Diputados o Diputadas a la Asamblea Nacional, al Parlamento Latinoamericano y al Parlamento Andino para las Elecciones a Celebrarse el 04 de Diciembre de 2005, dentro del lapso legal, renuncio como candidato a diputado a la Asamblea Nacional por el Distrito Capital, postulado por el Partido Demócrata Cristiano COPEI, Primero Justicia, Acción Democrática, MAS, Proyecto Venezuela, Bandera Roja y otras organizaciones políticas.
La presente renuncia está fundada en violación del derecho al secreto del voto, consagrado en el artículo 63 constitucional, ya que no fue eliminado el sistema automatizado que establece una secuencia del sufragio y la consiguiente identificación de los sufragantes, aún reconocido el resultado de la auditoria efectuada el día 23 de Noviembre de 2005 sobre el código-fuente de las máquinas de votación. Por ella, fue comprobado el registro detallado de cada uno de los votos emitidos, permitiendo conocer las preferencias del elector y la hora en que marcó su voto, por obra de las llamadas “captahuellas” suspendidas por el Consejo Nacional Electoral como una concesión graciosa y no como una obligación legal, permaneciendo el dispositivo interno en las máquinas de votación que en propiedad constituye una amenaza a la confidencialidad del sufragio.
El derecho al secreto del voto es de carácter universal, inviolable e irreparable, por lo que, al no corregirse la situación planteada y evidenciada irrefutablemente con presencia de la observación nacional e internacional, hace nulo el proceso electoral mismo a tenor del artículo 25 constitucional. Y para no incurrir en la responsabilidad que se deriva, junto a los demócrata-cristianos del país que fueron postulados, renuncio a la candidatura.
Al incursionar decididos en el proceso electoral, fue posible comprobar convincentemente la trampa. Ya lo habíamos acotado, el asunto esencial es el de la unidad del pueblo venezolano para enfrentar al neoautoritarismo en marcha y, ojalá pronto, para reconstruir al país.
Se abren distintos, fuertes y complejos desafíos para la oposición de comprobada vocación democrática. A la militancia democristiana caraqueña y al resto de los factores que nos acompañaron en la breve campaña electoral, les corresponderán afrontar tareas de indubitable carácter histórico. No obstante, tenemos un sólido compromiso con principios y valores que nos permitirá coincidir y fundar un porvenir signado por una democracia plena, en el marco de una sociedad de derechos humanos y calidad de vida en libertad. Y, en definitiva, una responsabilidad con las futuras generaciones para la realización de un destino irrenunciablemente común.
Sigamos metidos en la pelea.
(*) Subsecretario General de COPEI