Mensaje a los alienígenas
En 2010 la ONU ha tenido que desmentir una información difundida por varios medios de comunicación, en la cual se aseguraba que esta organización mundial – la más importante y a la vez, la más impotente – denominaría a un embajador para comunicarse con extraterrestres si un día se logre entablar comunicación con alguno de ellos. De haberse confirmado que la astrofísica malaya, Mazlan Othman – directora de la Oficina de la ONU para el Espacio Exterior – sería nombrada para el cargo, nadie hubiese cuestionado sus credenciales para ser la interlocutora con alienígenas inteligentes, pero el falso rumor sí generó críticas a la apertura de una oficina más, a la ya exorbitante maraña burocrática de esta organización.
En todo caso, aunque la ONU negó la creación de ese cargo, sería bueno preguntaros, a propósito de eventos ocurridos durante el 2010, ¿qué podríamos contarles a nuestros vecinos sobre la vida en la tierra?: sería bueno advertirles que necesitaran un período largo para ver si les otorgan visas de residencia o inmigración en Arizona, donde se exponen a una paliza; o que si son nómades, como los gitanos, ni se les ocurra visitar Francia. Por supuesto, ¡ni se les ocurra expresarse libremente en China, Corea del Norte o Irán, y con extremo cuidado en Rusia y sus subiditas ex republicas soviéticas como Bielorrusia. ¿Les decimos que el mejor modelo es el comunista cubano, ahora cuando invita a sus desempleados públicos a buscar oficios informales para sobrevivir, o el capitalista, que ahora en muchos lugares de Europa y en la misma Estados Unidos, aumenta la supervisión de los bancos y entidades financieras? Conviene confesar nuestra impotencia para determinar cuál sistema político y económico es el mejor, porque en lugar de aceptar una síntesis de lo mejor de cada uno, vivimos peleando por convencer al otro que “el nuestro es el mejor”.
Si se decide concretar el proyecto de un protocolo destinado a extranjeros del espacio conviene aconsejar a nuestros visitantes que eviten el paralelo 38 que divide a las dos Coreas que este año casi entran en guerra; que si ven grandes manchas negras en el océano no son naturales, sino producto de la desidia de nosotros, los humanos, que en 2010 lo vimos de manera emblemática con el derrame de la British Petroleum en el Golfo de México; que tengan mucho cuidado con los narcotraficantes y los maras (pandillas), que se van convirtiendo en jefes de territorios en muchos lugares en donde no llega el estado en América Latina, como ocurre hace tiempo en África con los señores de la guerra.
En fin, hay mucha información de la historia de la humanidad como para asustar a visitantes espaciales, pero podemos dejarlos revisar por internet el portal de Wikileaks y ellos se enterarán por su propia cuenta, desde la impotencia de Obama para manejar a su país – demasiado enredado en la maraña de lobbies, corporaciones y desafíos que dejaron sus antecesores en el cargo presidencial – como para lidiar con problemas del mundo, como Irak, Afganistán y la recesión – no solo económica, sino de la democracia – que ocurre en el mundo (¡”ET Phone “Aló Presidente!” en Venezuela, si se quiere un ejemplo de ello).
Eso sí, que la ONU les haga claro a los extraterrestres que tengan cuidado con muchos sacerdotes católicos, puesto que su fama no es la mejor en este momento con las acusaciones de pederastia, que no desafíen a Maradona ante sus fanáticos laicos, pero sobre todo, que eviten confundir a Bin Laden con Al Gore, ahora que en 2010 al terrorista le dio por enviar mensajes ecologistas expresando su preocupación por las consecuencias del cambio climático ¡Cuidado amigos!, hay que advertir a los alienígenas, no vaya a ser que sean secuestrados por Al Qaeda cuando sus miembros se enteren que no son fieles practicantes del Islam fundamentalista que ellos practican.
Difícil será la misión de la ONU, ¡no la de comunicarse con extraterrestres, sino la de presentar un documento que unifique los criterios de quienes vivimos en este planeta!