Mambrú se fue a la guerra
Ahora bien la iniciativa gubernamental no es nueva, desde el gobierno del Presidente Hugo Chávez (2008) se anunció la creación de milicias en las Empresas del Estado, Ministerios e instituciones públicas, cuantificándose más de 200.000 trabajadores bajo entrenamiento militar ante probables invasiones del imperio, recordemos el cuento de la guerra asimétrica ante el posible asalto a las instalaciones petroleras de Paraguaná. De hecho bajo el concepto de reservas, patrullas, milicias se organiza a trabajadores militantes del PSUV para impedir paros, y justas movilizaciones de protesta ante la creciente precarización laboral.
La política gubernamental no se detiene con medias tintas. En el Sector Eléctrico ante la crisis se decretó la conformación de un Estado Mayor del Sector Eléctrico, y a la par se impuso la prohibición de la protesta por razones de seguridad. Aun cuando persiste transitoriamente en la LOTTT la figura de los Directores Laborales en el marco de la Cogestión.
De allí que el armamento no es nada nuevo en sectores laborales, veamos el caso en Guayana de La Muralla Roja, esta ha sido brutal contra los trabajadores y dirigentes sindicales de Bauxilum, Venalum, Ferrominera (2011). Así lo planteaba un militante del Control Obrero, al manifestar su desengaño ante la actitud del Presidente de Bauxilum, y de la actual gobernadora del estado Monagas golpeando al personal, para luego festejar con parrilla la hazaña de enviar a la clínica a 8 de sus compañeros de trabajo.
Lo curioso es que en nombre del Socialismo, la Revolución y el obrerismo se ataca despiadadamente toda posición contraria a la aberrante política estatista, de desconocer contratos colectivos, el diálogo sindical, desmantelar la prosperidad laboral, catalogando como privilegios de la burguesía y ser un delito tener servicios de salud óptimos o institutos educativos de calidad para los hijos.
Este relato no es más que una anécdota de las que suceden a diario en las Empresas del Estado, Ministerios, Alcaldías, Gobernaciones oficialistas, donde a la vista de todo se implementa un proceso de militarización de las relaciones de trabajo, transcurriendo todo como si fuera un proceso normal en la vida laboral de estas instituciones.
En resumen el objetivo es anular con los conceptos militares la autonomía y la libertad sindical, ésta establece el diálogo social, el reconocimiento igualitario de las partes para dirimir conflictos entre trabajadores y empleadores, la institución militar exige obediencia al superior. Aniquilar el potencial de los trabajadores y de los sindicatos es la estrategia, creando las SS sindicales y la farsa donde la lucha de las milicias obreras no es armada.