Maduro ya está caído
La gobernabilidad requiere de soporte, apoyo y solo se legitima alguien en el poder cuando su autoridad es reconocida por los gobernados. A Maduro le toca entender que la “mitad” del país no está de acuerdo con el resultado de las elecciones y debe actuar en acuerdo. Desconocerla, no es el camino para lograr su paz, ni la del país. Basta de presidentes que solo gobiernan para sus adeptos. Aquí está un país que exige respeto.
La presión popular de la gente en las calles, la falta de reconocimiento de los resultados electorales, las diferencias en el seno de su partido, la migración abierta de los adeptos al oficialismo, la granada sin espoleta que representa el desastre económico que nos están ocultando y la manifiesta incapacidad para liderar está situación, no son cuatro ajos. Maduro está caído, antes de haber calentado la silla de Miraflores.
Maduro pedaleó el propio domingo cuando se dirigió a la nación con un mensaje disconexo, fuera de lugar, provocativo y alejado de la necesaria concertación que se requiere en una situación política como la venezolana. Ese mensaje radical no puede esperar otra respuesta diferente a la que estamos observando.
Maduro trajina con su partido y las fisuras que antes se ocultaron –conveniencia electoral expresa- comenzarán a verse con mayor claridad en estos días. La decisión de echar atrás el criterio sobre las auditorias es una muestra evidente. La ausencia de Diosdado Cabello en actos importantes es otra de ellas. A Chávez no le soplaban líneas al oído pero a Maduro le dan instrucciones. Al muchacho le falta.
Lo invito a reflexionar acerca de cuál postura adoptará el gobierno con motivo de las elecciones municipales, con la intención de que vislumbremos lo difícil que la tiene por delante. Si convocan elecciones municipales, la mitad del país no tendrá confianza en el resultado. Las autoridades electorales necesitan ser renovadas con rectores de demostrado equilibrio. Si las convocan, les espera una gran paliza. Chávez ya no está y en los eventos electorales municipales las personas votan por resultados cercanos y liderazgos vecinales. Allí el gobierno la lleva perdida. No pensemos, en adición, en la guerra interna que se requiere para repartirse las posiciones a elegir. Si las atrasan con argumentos técnicos, generan muchas dudas, pues las presidenciales las prepararon muy rápido siguiendo sus necesidades y premuras. Si deciden no convocarlas avanzando en la tesis del poder comunal, se colocan fuera de la Constitución.
Venezuela pasa por momentos difíciles. Se requiere de una gran dosis de prudencia y una distancia a cualquier acto que implique violencia. En la violencia perdemos todos. Este juego se gana con presión ciudadana, sin encendedores en los bolsillos.
Arriba Venezuela, que nadie se rinda.
@pereiralibre
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