Opinión Nacional

Luis Manuel Peñalver (1918-2004)

¿Quién puede olvidar los valiosos servicios prestados al país por el Dr. Luis Manuel Peñalver como Ministro de Educación, rector fundador de la Universidad de Oriente y de la Universidad Metropolitana, inspirador de la creación de la Universidad Simón Bolívar, legislador, profesor de patología tropical y Vicerrector de la Universidad Central de Venezuela, además de una verdadera miríada adicional de otras responsabilidades, creaciones e iniciativas en el campo educativo nacional e internacional?

Sin duda aparecerán notas necrológicas recordando éstas y otras muchas obras suyas, derivadas de su alto sentido de responsabilidad social.

Lo conocí el año de 1940, al entrar a cursar el primer año de bachillerato en el viejo Liceo Andrés Bello (en la esquina de San Lázaro). Ya Peñalver era médico y desempeñaba el cargo de Profesor de Castellano y Preceptiva Literaria. Era un gran docente, verdadero educador y maestro, enamorado de la educación a su nivel fundamental, que se caracteriza por el placer de enseñar a esos adolescentes curiosos, que apenas estábamos comenzando a entender la herencia cultural de la humanidad. Es más que evidente el impacto que tiene el intelecto de un educador como era Peñalver en esa arcilla todavía blanda y maleable que es el cerebro del adolescente.

Era hasta cierto punto una anomalía que un médico dedicase su tiempo y esfuerzos a enseñar gramática y preceptiva literaria, pero aún sus alumnos de aquella época, a nuestra corta edad y limitadísima experiencia, nos apercibíamos que aquel hombre era un humanista, un hombre universal con las más diversas inquietudes intelectuales, que estudiaba y enseñaba nuestra lengua con la sensibilidad del escritor y el poeta. Es difícil explicar como Peñalver lograba hacer interesante y entretenida una disciplina de suyo árida, como es el estudio de las reglas gramaticales del complejo idioma castellano. Sin embargo lo lograba y hacía que sus pupilos nos esforzásemos por aprender bien la asignatura y pasar los exámenes con altas calificaciones. Queríamos quedar bien con nuestro profesor y hasta llegamos a tomarle gusto a la materia.

Lo notable del caso es que Luis Manuel Peñalver no era la excepción entre nuestros profesores del bachillerato de esa generación, en esa gran institución de educación secundaria, ya que los demás profesores, una verdadera constelación de hombres y mujeres notables, en las otras asignaturas, compartían su entusiasmo y dedicación por la docencia y tenían esa capacidad para motivar e inspirar a la muchachada, con su ejemplo personal, con sus conocimientos y con su entusiasmo contagioso. Se trata, retrospectivamente, de un caso interesante en la historia de la educación en Venezuela.

La dedicación a la enseñanza de Luis Manuel Peñalver a lo largo de su prolongada existencia es el rasgo más importante de su personalidad. Su sentido de responsabilidad ciudadana lo llevó a la militancia política, con toda probabilidad para así obtener apoyo para sus proyectos e ideas, muchos de los cuales llevó a cabo con considerable y permanente éxito.

Creo representar objetivamente a mis compañeros de curso manifestando la gratitud perenne que tenemos con Luis Manuel Peñalver por la huella profunda que nos dejó su calidad humana, sello indeleble del gran educador y hombre público, íntegro y patriota, que nos dio un ejemplo a tomar en cuenta por generaciones.

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