Los vivos en otras latitudes
Con gran deleite acabo de leer un artículo de Alexis Márquez en Últimas Noticias , titulado (%=Link(8714802,»Viveza»)%) . En el se refiere, con lujo de detalles, al concepto venezolano del “vivo” . Me picó la curiosidad y el espíritu de investigación para buscar en otras latitudes, e incluso en otros idiomas, palabras y conceptos equivalentes, polisemias.
En francés la palabra equivalente del vivo es malin, cuyo femenino es maligne. Buscando esa voz en el Petit Robert, encontré cosas muy interesantes y analogías con el concepto que en Venezuela se tiene del vivo. En efecto, el adjetivo tuvo un primer uso admitido en el Siglo XV y genealógicamente viene del latín malignus que quiere decir malo, malintencionado. El sustantivo es usado para designar al Demonio, a Satanás, de quien se dice que es Le Malin. Con el mismo adjetivo se designa lo que es dañino, pernicioso. También sirve para referirse a quien es astuto, a quien recurre a las finezas.
Según el mismo diccionario se llama malin a quien es inteligente. Así, a quien se las da de muy inteligente se le dice: Vous vous croyez plus malin!, que en español de Venezuela podría ser: ¡Tu como te la echas de muy vivo! Nos dice el diccionario que Emile Zola utilizó alguna vez la expresión “Oh! C’était un malin, il savait s’arranger” . (¡Oh! Era muy vivo, sabía como arreglárselas). El Petit Robert cita también proverbios que tienen su equivalente en Venezuela. Así, nos dice “À malin, malin et demi” que en Venezuela podría ser “Pa bachaco chivo y pa chivo empalizá”.
También se cita en el diccionario, que por antífrasis se dice, por ejemplo “Regardez ce gros malin qui s’est fait prendre” , lo que tendría su equivalente venezolano en Tan vivo que es y lo agarraron fuera de base. En francés faire le malin es echárselas de vivo. Así tenemos la frase “Ne commencez pas à faire le malin parce que vous venez de toucher un billet de mille” , frase ésta que emplea Raymond Quenau en su novela Zaizie dans le Metro. Aquí podríamos decirle a quien acaba de ganarse un terminal de lotería y alega que no tiene con que pagar su parte de la cuenta del café: “No te las tires de vivo porque acabas de cobrar un terminal”.
Con este recorrido alrededor de la palabra malin nos damos cuenta, tal como lo señala Alexis Márquez, de que nadie debe sentirse orgulloso cuando lo califiquen de vivo, aquí en Venezuela. Desde el punto de vista socio cultural podemos decir que el hecho de ser vivo, para tener éxito y ser admirado, en Venezuela, forma parte de falsos valores y creencias que nacen del aprendizaje familiar y social. Tal vez ello sea una de las razones por las que la ética tiene tan poca vigencia en nuestro país.