Opinión Nacional

Los sueños son vitales, pero sólo se realizan con trabajo duro

Los sueños comienzan cuando los niños responden a la pregunta: ¿Qué quieres ser cuando seas grande? O ¿Qué quieres que te traiga el Niño Jesús o Santa Claus?—y nunca terminan de surgir en la mente de toda persona a medida que deja atrás su niñez, pubertad, adolescencia y adultez y alcanza la vejez—porque los ancianos también sueñan hasta el último día de sus vidas. Lo imposible no existe, la realidad lo ha demostrado muchas veces y lo sigue haciendo cada día, pero no existe camino fácil para realizar los sueños, y los que colocan el logro de sus aspiraciones en ganarse la lotería o en obtener la ayuda de Dios o en la buena suerte, terminan como dice el viejo refrán: “el que vive de ilusiones, muere de desengaño”.

El secreto es la constancia, la acumulación de conocimientos útiles y una confianza en sí mismo—a prueba de balas.

Por ejemplo, cuando el inventor, científico y hombre de negocios, Thomas Alva Edison (1847-1931), trabajaba en su invención del bombillo incandescente, uno de sus ayudantes le dijo en una oportunidad: Señor Edison, hemos probado más de cien sustancias diferentes como filamento del bombillo, y ninguna ha funcionado. No hemos aprendido nada. A lo que Edison ripostó: ¡Todo lo contrario, hemos comprobado y aprendido que ninguna de esas sustancias sirven, sigamos buscando! Y lo logró en 1880, usando un filamento hecho de tungsteno—y 129 años después de realizarse este sueño de Edison, todavía el bombillo incandescente es un artículo indispensable dondequiera en el mundo que existan redes públicas o privadas de distribución de energía eléctrica o baterías eléctricas—y aún resiste ser reemplazado por los más energéticamente eficientes bombillos de gas neón, las lámparas de descargas de alta intensidad o los LED (abreviatura de Light Emitting Diode = Diodo Emisor de Luz).

Bombillo Incandescente

Los conocimientos de física de Edison no son los únicos útiles que existen, ni de aprendizaje obligatorio; como lo ilustra una declaración a la prensa de una jovencita convertida en estrella de rock and roll: “He logrado todos mis sueños, son feliz y millonaria… Y todavía no he tenido que utilizar ni una sola vez, el maldito cálculo [matemática avanzada] que me obligaron a estudiar en secundaria”—y hasta los delincuentes, los políticos corruptos y otros antisociales, están obligados a convertirse en expertos o maestros en aquellos conocimientos útiles que les permiten no morir a manos de alguna de sus víctimas que reacciona en legítima defensa, o ser atrapado y encarcelado por los fiscales, jueces o policías. Inclusive, los conocimientos sobre lo esotérico, lo sobrenatural y de otras áreas no científicas, permiten a quien es experto o maestro en esos conocimientos útiles, llegar a ser financieramente independiente de sus padres y hasta formar su propia familia al llegar a la adultez biológica [cerca de los 22 años, cuando el cerebro humano culmina su maduración].

Pero si usted es dominado por la flojera y se empeña en siempre tomar el camino más fácil, tendrá garantizada una penosa existencia y un permanente desengaño—si es que logra sobrevivir al independizarse de sus padres.

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