Los restos del Libertador
El próximo capítulo de esta revo-novela que vivimos en Venezuela tiene que ver con el Libertador Simón Bolívar y sus restos. Hugo Chávez decidió sacarlos de su tumba para comprobar que esos restos sean auténticos, que Colombia no se quedó con los verdaderos , que el Dr. Alejandro Próspero Reverend se los entregó a sus asesinos, léase Santander y la oligarquía colombiana y hasta habrá que investigar si no lo envenenó un tatatarabuelo de Uribe que asistía al mismo doctor en sus cuidados a aquel hombre grande que tosía constantemente, escupía sangre y respiraba con dificultad.
Chávez hurga, provoca, amenaza buscando cientos de años atrás para negar la realidad que lo rodea. Venezuela lo ve y lo escucha fastidiada . Hay muchas cosas por hacer en este presente que Chávez se niega enfermizamente a ver. Huye después que pierde el referendo, se escapa ajeno al pulso de un País que ya camina en otro sendero, que lo ve ya de paso, que se atrevió y ya no se devuelve.
Irresponsablemente sigue metiéndose “donde no lo llaman”. Uribe cierra el caso del canje con su protagonismo y allí está, con esa figura extraña, Piedad Córdova, que con boina y amplia sonrisa se mueve cómoda entre Chávez y las FARC, y está cometiendo más y más errores que lo alejan de los venezolanos que esperan la misma entrega y la misma intensidad en la lucha por sus propios secuestrados; este hombre rollizo, que viste de firma y cambia rólex de acuerdo a su vestuario, es un “turista” en su propio País. Chávez compra la alfombra roja con el petróleo y que de “todos los venezolanos”, ya él tampoco se siente cómodo aquí porque se sabe ya en minoría y a pesar de su indiferencia, percibe el rechazo y el hartazgo de esta Venezuela distinta.
La cotidianidad venezolana de muertos y ladrones le es ajena. El niño de trece años asesinado a tiros en una panadería por antisociales que buscaban a su padre, no es cosa de Chávez. Ni las muertes de Richard Ramos, de 31 años y Dubraska Figueroa que regresaban de la playa,, ni la muerte de Mauricio Marani Altuve de 23 años abaleado por motociclistas en La Taona,, ni la muerte de Carlos Rafael Martínez de 21 años abaleado junto a su pareja, ni el asesinato de José Gregorio Castro, transportista, que al final de su día esperaba tomarse una cerveza fue asaltado y herido mortalmente con un disparo en la región pectoral izquierda…Nada de eso toca a Chávez,. Para él los líderes de Irán, Rusia, Bielorrusia, Argentina, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Brasil.
Para él los ataques a otros mandatarios, la infantilidad ridícula que declara que no hablará mas nunca con Uribe…..Que es esto? Una crisis mas o la explosión inevitable de una personalidad abatida por desordenes implacables? Que le espera a Venezuela? Depende su suerte de este hombre incontrolable que juega desenfrenado a perder y no lo sabe? Mientras él recorre “su” mundo, los presos políticos siguen tras las rejas, los exilados políticos buscan en el horizonte la esperanza de volver….Se detendrá en Venezuela Hugo Chávez alguna vez?
