Los puntos sobre las íes: qué va a pasar
Veo que mucha gente se ha dejado influenciar por la campaña organizada desde Cuba por el G2, cuyo objetivo es comprometer, mediante el desánimo, el triunfo de Henrique Capriles Radonski. Se apela a sembrar desconfianza ante el CNE, dominado por el oficialismo, se asegura que “Chávez no va a entregar el poder por elecciones”, se jura que Chávez no está enfermo, sino que lo finge para beneficiarse del voto por lástima y, por último, se apela a encuestas amañadas que aseguran que el candidato de la MUD está muy por debajo de Chávez.
Pues bien, era inevitable que el gobierno, con todos los recursos de que dispone y la evidente deshonestidad de sus capos, apelara a esos recursos, desde luego con el apoyo de Cuba, cuyos jefes ven que se les va a morir su gallinita de los huevos de oro. Pero nosotros tenemos que tranquilizarnos, debemos entender que se trata de una muy bien orquestada y mejor financiada campaña de desinformación. Henrique Capriles Radonski es un excelente candidato, mucho mejor, por ejemplo, que el que fue candidato de la democracia hace seis años.
Es un hombre joven, enérgico, con formación y experiencia y con deseos de sacar a Venezuela de la pesadilla en la que ha estado por los últimos trece años. Compite contra un candidato desgastado, enfermo, deshonesto y al que cada día le pesa más el pasado, y es posible que ese candidato enfermo y desgastado se quede en el camino y sea sustituido por cualquiera que no va a dar la talla en ningún caso.
La Mesa de Unidad Democrática ha demostrado capacidad y empuje, y, sobre todo, una resistencia casi inhumana. Su dirigente más visible, Ramón Guillermo Aveledo, se ha ganado la admiración y el afecto de todos los que en Venezuela –y fuera de ella– prefieren la democracia como forma de gobierno. Todos los partidos demócratas, los grandes, los regulares, los pequeños, han dado pruebas más que fehacientes de que han aprendido la lección y se decidieron por la unidad como única conducta posible en las actuales circunstancias, y con eso se garantiza el triunfo, no solamente en las elecciones presidenciales, sino en las regionales que vienen después.
De modo que, a quienes se dejen dominar como autómatas por la campaña del gobierno y del G2, simplemente hay que dejarlos atrás, no hacerles caso. Ya nos alcanzarán en la vitoria del 7 de octubre, porque, por fortuna, la gran mayoría, a pesar de que el desgano los afecta, están dispuestos a votar por Capriles, por si las moscas.