Opinión Nacional

Los minusválidos políticos

No es posible seguir pensado en el siglo XXI con los dogmas políticos del Siglo XVIII. La conciencia humana evoluciona, no podemos quedarnos anclados en el pasado. Este es el caso del falso antagonismo entre Izquierda y Derecha.

Es poco sabio seguir entendiendo la política con los conceptos de Girondinos y Jacobinos de la Revolución Francesa. Como si estas tendencias políticas fueran mutuamente excluyentes.

Quien así piense es un minusválido político, porque prescinde de una parte muy importante del pensamiento político. Es como un diestro que no quiera usar su brazo izquierdo.

¡Claro que se pueden hacer cosas con un solo brazo!, pero es obvio que con los dos se pueden hacer las cosas muchísimo mejor. Lo mismo pasa con la Derecha y la Izquierda en política. La existencia de la Derecha es tan importante y tan necesaria, como la existencia de la Izquierda.

Por suerte ya somos muchos los que así pensamos. Aunque subsisten todavía políticos arcaicos de derecha y de izquierda. Es necesario hacer masa crítica, para revertir esto para siempre.

El Capitalismo y el Socialismo son dos formas diferentes de ver la misma cosa, la indisoluble realidad socioeconómica humana. “Son por tanto sistemas complementarios, no antagónicos”. Son como la razón y el corazón, como el pensamiento y los sentimientos. Son el jin y el jan de la política.

Es un grave error conceptual querer entender al hombre como un ente puramente económico; como lo ve el Capitalismo. Es también un error ver al hombre como un ente puramente social; como lo ve el Socialismo. La verdad es que el hombre es ambas cosas al mismo tiempo y como tal tiene que ser visto.

Un día la humanidad descubrirá a plenitud, que la Izquierda y la Derecha son caras de la misma moneda. Ambos sistemas coinciden en lo fundamental “la búsqueda del bienestar de la humanidad”, aunque por diferentes caminos.

Este error ya ha traído suficiente dolor, persecución y muerte a la humanidad. La Guerra Civil Española, La Guerra Fría y El Plan Cóndor, son sus más dramáticas expresiones.

Además de la inestabilidad económica y social, que ha significa el pendular histórico entre la Derecha y la Izquierda. Un drama de destrucción y reconstrucción continua, que ha nadie beneficia. Porque ambos fundamentalismos tienen el complejo de Adán. Aunque alguno tiene el complejo de Eva.

Un sistema de gobierno más lógico, sería una adecuada mezcla de ambos. Sin dogmas preconcebidos.

Es por eso que admiro el Modelo Jesuítico-Chiquitano, con su Tupa Mbaé (socialismo) y su Aba Mbaé (capitalismo).

El modelo Jesuítico Chiquitano se desarrolló mucho antes que las teorías de la izquierda y de la derecha. “Cuando el mundo estaba libre de dogmas de la Economía Política”. Nació 85 años antes que la riqueza de las naciones y 156 años antes que Los principios del Comunismo. Es por tanto un modelo pionero en el mundo.

Desgraciadamente floreció en un rincón olvidado y menospreciado de la historia universal, por lo tanto no fue digno de ser considerado por los filósofos de la política mundial.

Termino parafraseando al inigualable Ortega y Gasset (1937): “Ser de izquierda es, como ser de derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de hemiplejia moral. Además, la persistencia de estos calificativos contribuye a falsificar más aún la realidad del presente, como lo demuestra el hecho de que hoy las derechas prometen revoluciones y las izquierdas proponen tiranías”

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