Los héroes insignes de la revolució1
¿Qué será de la vida de Barreto? Lo más probable es que su vida esté dedicada a la meditación y qué en un acto de arrepentimiento –batola blanca de por medio- se encuentre en algún lugar solitario y lejano recordando aquellas grandes inversiones que realizó para con nuestra querida Caracas, incluyendo los globos de vigilancia y el proyecto del funicular, en el que se invirtieron tres veces más que su paralelo de la ciudad de Medellín. Le encantaba una ciudad europea y el glamur de la necesaria bufanda en tiempos de frio. Todavía no figura en la lista de los inhabilitados políticos de la Contraloría General de la Republica, ni avanzan los juicios producto de las denuncias en su contra. Un poquito pasado de peso y barbado, pero todo un héroe de la revolución. Radical de gustos supremos cuya residencia parecía un bunker de arte latinoamericano. La Defensora del pueblo se ruborizaría si alguien intentara levantar algún falso testimonio en su contra. Su boina se subastará en Sotheby’s algún día por mayor valor que la espada del general Paéz.
El siempre recordado General Acosta Carlez. Cómo no recordar al eructante. Con una malta en el buche, en los tiempos tormentosos de la defensa de la revolución, eructó ante las cámaras de la televisión y se sintió orgulloso de su gesto. A la postre se convertiría en un Emperador regional, que manejó toda clase de negocios de todos los colores y sabores, incluyendo unas probables blancas relaciones con el “cantarín” que hoy mantiene preso el gobierno colombiano. Puerto Cabello cambió de manos bajo sus órdenes y a la larga, el comandante presidente tuvo que deslindarse de él por motivos aun no muy claros. Allá rodaron aquella cantidad de elogios que había recibido de su mentor. Este catire, tendrá un lugar en la historia de los héroes de la revolución.
Qué decir del ministro “izquierdoso” del Comercio: Eduardo Samán, acérrimo enemigo del capitalismo, que él mismo disfruta en su residencia de South Beach. Héroe por todo el medio, que expropió a los colombianos de la operación de Éxito y fundó la primera arepera socialista, que terminó siendo saqueada por sus rojos empleados. Nunca podrá perdonar el que su padre no prosperara en su pequeña farmacia, con una cadena parecida a la de los Zubillaga. Reaparece en escena en estos días, con su espada desenfundada, hablando de una corriente radical chavista. Le hizo bien el sol mayamero. Este también usa barba.
No puedo cerrar este artículo sin hablar del general Cruz Wefer, famoso por haber regalado un flamante vehículo alemán a su novia, Tomás Nobrega, el ministro de Finanzas que convertía papelitos en dólares. Los genios banqueros rojitos a los que se les permitieron las marramuncias que nos llevaron a la “minicrisis” bancaria. Fernández Berruecos y sus negociados que lo convirtieron en un mega millonario, El ex gobernador de Cojedes y sus amigotes del maletinazo argentino. La lista es larga, pero la lista de los que aún están adentro haciendo daño es más larga. “Largo” debe encender una vela cada día para no ser el próximo. Cuando se baje del barco –anótenlo- la revolución doja..dojita estará a las puertas de su abandono. Esa será la señal. Este 27 de noviembre levantaré mi voz por esta cansada patria.