Los Excesos de la V república
Realmente comienza a tornarse sumamente peligroso y preocupante los excesos de represión, control y demás acciones observadas en este “septiembre bonito” de la V República. Por supuesto que lo observado en estos días no es más que la radicalización del conflicto de parte del gobierno actual. La presión ejercida, el maltrato y la propia violencia del Estado y de sus bandas armadas (Círculos Chavistas) hacia ciertos sectores de venezolanos no tiene nombre. Es realmente una aberración de todo principio democrático de respeto y tolerancia el trato que estamos recibiendo en general de este gobierno fascista y desfasado.
Sin embargo, la peor parte la están llevando los comunicadores sociales y los medios de comunicación en general. Los militares no han quedado por fuera y también han recibido su dosis de irrespeto, desprecio y vejación de parte del ejecutivo y de los propios representantes del presidente de la República, tanto en el estamento militar como en las instancias jurisdiccionales militares, ambos grupos han sido encargados de producir (así no se encuentren meritos) unos supuestos Consejos de Investigación que no son más que un pase de factura al profesionalismo y dignidad de todos aquellos militares que siendo fieles a la democracia y a la propia constitución, se han revelado al desconocer en parte este ordenamiento corrupto y hostil y la propia titularidad encabezada por el Presidente de la República ( el mayor conspirador de todos los tiempos) y el general de tres soles Lucas Rincón (tan golpista como Carmona que en cadena nacional afirmo que el presidente de la República había renunciado aquella madrugada del 12 de abril).
Repetimos que la agresión mostrada hacia los medios de comunicación y el establecimiento de una suerte de Ghettos (Zonas de Seguridad según el chavismo) que no tienen justificación alguna. Se esta violando no sólo los principios mínimos y el derecho elemental de Libertad de Expresión, sino además, de Circulación y Libre Transito consagrados en la Constitución. Cómo se le puede exigir a un pueblo cuando los propios titulares y máximos representantes del gobierno, aparte de habernos sumergido en la crisis social, económica y política más espantosa que el país tenga en su haber, son los primeros en violar la propia carta magna que ustedes promulgaron.
Tanto da el cántaro al agua que se rompe. Así como en un matrimonio alguno de los cónyuges tiene el derecho (porque se perdió el amor, porque su pareja le da mala vida y trato u otra causal) a divorciarse, asimismo sucede en un país. Un número considerable de venezolanos pensó que el presidente Chávez era la salida y la opción y por ello votó por él en su momento, ese mismo pueblo lo ha apoyado y soportado en tres lagos e ineficientes años. Sin embargo, ese mismo pueblo después de un tremendo descalabro hoy le dice al presidente Chávez que no lo apoya, que se defraudó y que no acepta su mando y gestión, lo desconoce y por sobre todo tiene el sagrado y soberano derecho a rectificar y cambiar.
Basta de excesos y aberraciones. Es hora de poner fin a esta etapa dolorosa y ruin que ocupará las paginas negras en nuestra historia republicana. Paginas que nos recuerdan la descomposición en todos sus ordenes imputada a etapas anteriores que no pueden jamás volverse a vivir. Nuestro país y toda su gente merecemos una oportunidad de vivir en paz y naturalmente mejor y más dignamente.
El gobierno debe ser honesto y aceptar que no ha dado la talla, el país se le fue de la manos al Sr. Chávez y lo mejor para todos sería reconocer la gravedad del asunto, con el único fin de buscar alternativas institucionales que nos permitan aunque sea en un corto plazo generar un cambio y por sobre todo salir de la gravísima crisis que nos arropa en todos sus ordenes. Tremendo ejemplo ha dado nuevamente la sociedad civil el pasado jueves 26 en la multitudinaria concentración realizada en Chuao mostrando no sólo cohesión, sino además una firme voluntad de desacato y oposición a las ejecutorias de este gobierno y los decretos de control emanados del ejecutivo nacional.