Los estertores de Fidel
Mientras en Venezuela se exhumaban los restos de Bolívar, como por arte de magia, resurgía de la muerte un cadavérico Fidel Castro con un mea culpa en su boca sobre varios aspectos de su vida de dictador vitalicio, de una revolución que ha dejado mucha sangre y miseria a su paso.
Entre las recientes revelaciones públicas, está la confesión de que no pudo ocuparse de la persecución implacable que se hizo de los homosexuales pues ‘tenía muchos problemas como para dedicarle a esto’. O su aseveración de que “el Socialismo del Siglo XXI , es comunismo,… el mismo que dijo Marx”.O su evaluación del comunismo cubano, cuando expresó que: “el modelo cubano no nos sirve ni a nosotros», información que, por cierto, no fue reflejada en la prensa cubana ni en la venezolana que controla el chavismo.
Ahora Fidel está preocupado por que se desate una guerra nuclear en el mundo, pero olvida que la crisis de los cohetes nucleares de 1962, si hubiera sido por él la guerra hubiera empezado. Ahora confiesa que ellos no querían las bases rusas, pero que era un sacrificio por el socialismo. Castro olvida que él mismo pidió a los rusos ser los primeros en llevar a cabo un ataque nuclear contra el territorio estadounidense y que Nikita Jrushov le contestó que no lo haría pues “ no hubiera sido un simple golpe, sino el comienzo de una guerra mundial termonuclear” y esto significaría un “contraataque —tanto contra Cuba como contra nuestro propio país”. Pero lo más sorprende es la frialdad con que Fidel contesta, al decir «…sabía… no presuma usted que lo ignoraba…que (los cubanos) habrían de ser exterminados… caso de estallar la guerra termonuclear…». O sea que por la revolución socialista, es decir comunista, si Cuba y los cubanos debían desaparecer sus lideres comunistas cubanos estaban dispuestos a aceptarlo. En otras palabras primero está la revolución que la gente y el país.
Así actuó Chávez cuando prefirió acabar con PDVSA que compartir el poder en 2003, y así actúa al hundir a Venezuela en una crisis a fin de mantener la revolución. Quizás en 40 años venga con su mea culpa a decir que lo que había dicho Fidel era cierto y la revolución es un fracaso. Dios no lo permita. Pero las generaciones de venezolanos sometidas a la pobreza económica, social y cultural o las tres generaciones perdidas en la Cuba actual, no pueden perdonar a quien hundió al país en su desgracia por perseguir un sueño que ha sido una bien conocida pesadilla global, por su estrepitoso fracaso.