Los diputados al estrado
Excelente ocasión para que los honorables diputados Earle Herrera, Israel Sotillo, Carlos Escarrá y Mario Isea den la cara y demuestren ser tan honestos y decentes como pretenden cuando acusan a Miguel Henrique Otero, a Alberto Federico Ravel o a Marcel Granier de magnicidio o golpe de Estado. Carlos Kaufmann se las ha puesto de bombita: les ha provisto por lo menos de tres casos que ameritan su rápida actuación como para reforzar sus imágenes de Catones de la moralidad pública: los flagrantes casos de corrupción y saqueo de las finanzas públicas en que estarían incursos Johnny Yánez Rangel, gobernador del Estado Cojedes, Antonio Rodríguez San Juan, gobernador del Estado Vargas ˆ ambos chavistas y connotados miembros del PSUV ˆ y Tobías Nóbrega, ex Ministro de Hacienda del gobierno del teniente coronel Hugo Chávez.
He allí tres casos emblemáticos, que son apenas la punta del ovillo y que suficientemente estrujados por una comisión de finanzas o cualquier otra comisión ad hoc de la Asamblea nacional podrían terminar por convencernos de que la Asamblea no es un aquelarre de pillos, alcahuetes y sinvergüenzas, fascistas y facinerosos, como lo pretende un importante sector de la oposición, sino un ágora de legisladores pulcros, decentes y bien informados. Capaces de sacrificarlo todo por la grandeza y honestidad de la patria y de sacudirse cualquier mala imagen como avasallados por un ágrafo teniente coronel y ser los catedráticos e intelectuales que algunos pretenden ser.
Nadie les pide que corran a aplaudir a la jueza que ha permitido desvelar casos tan flagrantes de corrupción y criminalidad política. Nadie, que se alíen al Departamento de Justicia norteamericano. Simplemente que le exijan a Tobías Nóbrega, si aún vive en nuestro país, que de la cara y responda a las acusaciones de su amigo Carlos Kaufmann. Que reclamen su presencia en Caracas a las autoridades acusadas de complicidad en crímenes que abochornan al gentilicio, daña el prestigio del gobierno y lastran el buen nombre de la república. Porque además no son piches ochocientos mil o cinco millones de dólares contrabandeados para servir a la causa de la Sra. Fernández de Kirchner. Se trata de cientos de millones de dólares extraviados en las faltriqueras de generales, ministros, altos funcionarios y amigotes del entorno del p5residente de la república.
Tienes la palabra diputado Earle Herrera. La tienen también Mario Isea y Carlos Escarrá. Y desde luego Israel Sotillo. Para no mencionar a la presidenta de la Asamblea, la Sra. Cilia Flores. Tampoco sería inútil recordarle a la Fiscal General que aquí le sirven en bandeja de plata una notitia criminis. ¿O también se hará la pendeja?
Se caen las máscaras. Basta de fuegos de artificio. ¿No estará llegando la hora de la verdad?