Opinión Nacional

Los científicos en un sistema comunista

A Claudio Mendoza

Noticias y artículos de los últimos meses sobre el caso del físico venezolano Dr. Claudio Mendoza, me llevaron a desempolvar el libro que leí en 1949, publicado en la Unión Soviética, que contiene las “Actas Taquigráficas de la Sesión de la Academia Lenin de Ciencias Agrícolas de la URSS, que se había realizado en 1948.

Trofin D. Lisenko, Presidente de la Academia de Ciencias Agrícolas planteó en su informe lo que sería el tema fundamental de la Sesión que quedó reducido, prácticamente, a la discusión entre los que defendían la teoría que planteaba que los caracteres hereditarios se transmiten por los genes contenidos en los cromosomas de las células, que él calificaba de reaccionaria y burguesa, y los que la negaban en nombre de la ciencia soviética. Criticó que todavía se continuaba enseñando la teoría cromosómica en todas las escuelas superiores de Biología y Agronomía de la Unión Soviética, pero también informó que gracias a las presiones del Partido de Gobierno, que por supuesto era el único, y a las del Camarada Stalin en persona, la situación de la Academia había cambiado radicalmente, porque muchos se habían incorporado a “negar la teoría cromosómica”. A pesar de esta presión política varios de los que intervinieron en la Sesión se opusieron a los planteamientos de Lisenko.

Es emblemático el caso de I. A. Rapoport del Instituto de Citología, Histología y Embriología de la Academia de Ciencias de la URSS, quien expresó que debían estar muy atentos frente a las crítica que el camarada Lisenko había hecho especialmente a la teoría de la herencia; hizo énfasis en que “la base de la genética como lo indica su denominación es el gen”; y en que los genes existen en el núcleo de la célula, en estructuras complejas que se llaman cromosomas. En pocas palabras se opuso al informe de Lisenko.

Las consecuencias de la Sesión fueron devastadoras. V. M. Molotov, miembro del Comité Central del Partido, apoyó la errada tesis de Lisenko con lo que contribuyó a reforzar el poder político de éste. Al científico Rapoport le exigieron que expresara públicamente su repudio a la teoría cromosómica de la herencia pero en lugar de hacerlo, el investigador intentó demostrar los valores prácticos de la genética y cuando fue refutado con trozos del discurso de Molotov, Rapoport preguntó: “¿Ustedes piensan que Molotov sabe más genética que yo? Esta réplica pasó a la historia como la confrontación entre un especialista altamente calificado y un político que sólo representaba el poder que le daba el régimen comunista. Como consecuencia lo expulsaron del Partido Comunista y lo destituyeron de su cargo. Fue forzado a trabajar por varios años como asistente de laboratorio en un instituto de geología. Después que murió Stalin, Rapoport fue rehabilitado y restituido en su cargo. Sin embargo, este injusto y cruel tratamiento a un científico reconocido y respetado por sus investigaciones había dañado su salud y muere poco después.’
Las actas de la Sesión permitieron conocer muchas de las presiones que se ejercían en ese momento sobre los científicos para que actuaran de acuerdo con los planteamientos políticos del régimen, lo cual ya se conocía en el exterior por informaciones que eran filtradas por los disidentes y por las víctimas de los atropellos. Después de las aclamaciones finales, los aplausos y las aprobaciones por “unanimidad” de muchas de las conclusiones de la Sesión, se inició una persecución más directa y cruel. Muchos de los que se opusieron desaparecieron y otros fueron silenciados y perseguidos. Un gran número de laboratorios fue eliminado por ser centros defensores de la teoría cromosómica. El Ministro de Educación Superior, ordenó a las universidades la destitución de todos los partidarios de esa corriente.

Más temprano que tarde excluyeron a los científicos que no compartían la posición ideológica del régimen. La ciencia totalitaria y la de los países democráticos siguieron caminos diferentes. Mientras la genética soviética se quedó atrás durante varias décadas, los esfuerzos realizados por la genética cromosómica en otros países produjo grandes logros que culminaron con la identificación fundamental del genoma humano en la que participaron, entre otros, un gran número de científicos, ingenieros, médicos y expertos en informática, de varias instituciones. Muchos más siguen trabajando y abriendo nuevos caminos fundamentalmente desde el punto de vista médico.

El caso de la destitución del Dr. Mendoza de su cargo como Jefe de los Laboratorios que él ayudó a crear en el IVIC, debe servir de alerta a toda la sociedad venezolana y especialmente a los investigadores de las diferentes áreas del conocimiento.

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