Los Antivalores de Adán
Doy petróleo a cambio de aplausos.
Es grato cuando alguien le pide a uno que escriba sobre tal o cual tema, pues ello indica que lo leen a uno y que piensan que muchos otros hacen lo propio. En este caso es un buen amigo, ex autoridad universitaria de la UNESR quien me pide que comente las “inoportunas, tristes y lamentables declaraciones del ministro de Educación Adán Chávez, cuando se refirió a que la educación, como ascenso social, es un antivalor”. Declaraciones que han causado gran preocupación en muchos sectores de la educación venezolana. Para nadie es un secreto que en los últimos 50 años precisamente el sistema educativo ha sido la principal escalera de ascenso social en Venezuela y que ha permitido la formación de una clase media fuerte y pujante. Profesionales de todos los niveles y especialidades se han formado en las muchísimas instituciones de nivel medio y superior que se han fundado a todo lo ancho y largo de la geografía nacional. Muchos los hijos de familias humildes que han podido superar su estado social y económico precario mediante la educación y formación recibida en esas instituciones. Durante los 40 años de la llamada cuarta república se crearon mas de 20 universidades oficiales e igual número de universidades privadas, mas de 100 institutos universitarios entre pedagógicos, politécnicos, tecnológicos y colegios universitarios, por solo mencionar las instituciones de cuarto nivel y el INCE. Millones de venezolanos pasaron por esas instituciones y salieron luego a contribuir con el desarrollo propio y especialmente el desarrollo del país.
Pero, ¿será que según la tesis del socialismo del siglo XXI que pregona su hermano, el teniente coronel presidente, la educación no debe servir para esos propósitos? ¿Será que solo debe servir para adoctrinar a la población en una determinada ideología? Pensamos que indiferentemente que el propósito de la educación socialista sea esto último no entendemos que otro de los tantos logros de ese proceso de crecimiento intelectual, como es el ascenso social, pueda ser tenido con un antivalor. Revisamos los procesos educativos de la extinta URSS, de las fallecidas democracias populares de la Europa oriental, de la China y de hasta de la propia Cuba y no podemos entender de donde saca esa conclusión el ministro Chávez.
Pasar de humilde muchacho de un pobre caserío llanero a ministro de Educación de un país, universidad mediante, no creemos que eso se pueda tener como el logro de un antivalor, eso sin mencionar el caso de su hermano, el teniente coronel presidente, que de suyo son ejemplos de esa gran movilidad social y económica del proceso educativo venezolano; pero permítanme mencionar el caso que me remitió mi amigo el Prof. Pizani, que es un ejemplo contundente que nos aclara muy bien si el ascenso social, vía educación, es una antivalor.
Transcribo textualmente el correo recibido. ”Te hago este comentario porque hoy murió un vecino mío de origen muy humilde, que fue aprendiz de zapatero, vendió empanadas en su natal Ciudad Bolívar y llegó a ser Capitán de Puerto, de la marina Mercante. Pero lo más importante es que formó una familia de 7 hijos propios y 23 adoptados (entre sobrinos y ahijados) para un total de 30, en donde la mayoría tienen profesiones universitarias y gozan de buenos cargos y posición en la sociedad y todo debido al «antivalor» que señala la estrella del Adán Chavez. El Capitán se llamaba Jesús Solano. Ah, se me olvidaba señalarte que su esposa, se graduó de Bachiller a los 40 años de edad y posteriormente se graduó de Licenciada en Educación en la Universidad de Carabobo”.
Con unos cuantos antivalores como éste de seguro que estuviésemos en el primer mundo.
