Opinión Nacional

¿Lobos o Cocodrilos? Quién es Quién

Para Nicolás y su séquito, todo líder opositor que se reúna en el exterior con algún mandatario o representante del gobierno respectivo, es un fascista que pretende desestabilizar al país y hasta quizá planificar un magnicidio. No han pasado ni 3 meses desde que se atrincheraron en el poder y ya he perdido la cuenta de las veces que han mencionado este tema, involucrando a personalidades nacionales y extranjeras que supuestamente se la pasan conspirando en contra de su gobierno.

Ante esto, cabe un refrán: «Cada ladrón juzga por su condición». Quienes hoy ostentan el poder fueron durante años, conspiradores y desestabilizadores de la democracia. Lo que pasa es que están pretendiendo moldear la historia a su modo, tal como ocurre en los países con regímenes totalitarios y comunistas, donde antes del «líder» sólo había Homo sapiens y dinosaurios. Quienes irrumpen en el poder por las armas o lo hacen de la forma «moderna» llegando a través de elecciones para luego convertirse en dictadorzuelos, desconociendo el estado de derecho y violando las leyes, han pretendido cambiar – y en la mayoría de los casos lo han logrado- los preceptos básicos de la historia de dichos países, su cultura, su idiosincrasia y sus valores, a través del control del conocimiento, de la expresión y de la manipulación en la divulgación de la información, para transformar todo lo que hacen y dicen en propaganda política e ideologizar a la población y transformarse en los verdaderos fundadores, en los verdaderos libertadores y héroes.

En el lenguaje moderno, es como si resetearan el disco duro del país en cuestión, y pretendieran borrar cada aspecto no conveniente para el sistema que están pretendiendo implantar. De ahí que todo aquel que haya tenido o tenga relevancia, bien sea política, social, cultural o académica y que se haya opuesto de forma directa y férrea al gobierno o régimen, es señalado como enemigo, un traidor y en la mayoría de los casos en la historia, perseguido, encarcelado o fusilado.

Chávez y ahora Nicolás pretenden cambiarnos la historia. Pareciera que ser golpista y haber acogido y permitido que el Castro-comunismo nos invadiera es lo mejor que le ha pasado a los venezolanos ; que los héroes y verdaderos salvadores de la Patria son ellos, los demás son fascistas, apátridas -término que usan a diario sin saber su significado- conspiradores, y un largo etcétera. Lo que no pueden cambiar, y los venezolanos no debemos nunca olvidar, es cómo ellos conspiraron contra el sistema democrático -aquel que les permitió más tarde llegar al poder- durante años. El propio Chávez se cansó de contarnos cómo maquinaron irrumpir el orden Constitucional con los intentos de golpe del 4 de Febrero y 27 de Noviembre de 1992. No debemos olvidar que son los únicos intentos de magnicidio en los últimos 50 años y se perpetraron en contra del entonces Presidente electo constitucionalmente Carlos Andrés Pérez, hechos en los que murieron decenas de civiles inocentes y militares.

Es decir estimados lectores, aferrarse a la silla presidencial y sus banquitos colaterales a través de la manipulación de la voluntad popular expresada en el voto y toda la trampa que ha sido denunciada sin que hasta el día de hoy haya respuesta por parte de las «Instituciones», no borran la esencia misma de quiénes son y de dónde surgieron. Ni que se vistan de angelitos blancos y se llenen de crucifijos. El resentimiento y odio que transmiten no solo para con sus compatriotas sino para con su Patria, los delata. Nadie les cree el credo ni que se arrodillen sobre vidrios rotos y lo reciten mil veces. No después de haber violado de forma reiterada la Constitución Nacional y los Derechos Humanos de todos los venezolanos.

Por eso cuando los escucho acusarnos de lo que ellos son y permiten que otros sean, me da urticaria. Porque ¿cómo llaman ellos a la injerencia de los Castro y el régimen cubano en Venezuela? Tratar de someter a los venezolanos a los lineamientos del castro-comunismo, entregar nuestros registros y notarías, nuestros puertos, nuestro sistema de identificación, el querer copiar sus costumbres y tradiciones y uniformarnos en su pensamiento único, ¿no es acaso Traición a la Patria? Después de haber recibido denuncias de todo tipo de violaciones a los Derechos Humanos, de haber defendido y asistido a víctimas de torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes, de haber defendido a presos y perseguidos políticos y haber recorrido al país conociendo realidades de las familias víctimas del secuestro, sicariato, desapariciones forzadas y perseguidos de la narco guerrilla venezolana y colombiana en estos últimos años, se pregunta uno si en verdad ellos creen que somos súbditos inertes o una masa amorfa e impensante…

Quizá ahora entienda un poco el lector porqué los defensores de derechos humanos y miembros de las ONG’S venezolanas somos constantemente atacados por el régimen. A ninguno de estos especímenes que se sienta aludido por nuestras denuncias, le gusta que le lleven la relación de sus malas acciones. Conozco unos cuantos cuyas deudas legales y morales ascienden hasta la Corte Penal Internacional y que ahora andan disfrazados de corderillos, rodeándose de los apóstoles de la Iglesia y pidiendo la bendición papal.

Para finalizar, quiero expresar mi solidaridad a mi compañera de lucha Rocío San Miguel, a quien le tocó la semana pasada ser señalada de lo que ya nos aburre a todos los miembros de las Organizaciones No Gubernamentales, pero a pesar de las constantes persecuciones no hemos dejado, ni dejaremos nunca, de hacer nuestro trabajo.

 

 

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