Lo sobrenatural es “chévere” pero inexistente
Sobrenatural es todo aquello que excede los términos de la naturaleza; todo aquello que viola una o más de las leyes que han sido descubiertas por la ciencia. Por ejemplo un espíritu o fantasma que no posee cuerpo ni masa, y que puede atravesar cualquier tipo de materia; flotar en el aire o volar a través de éste, y movilizar cualquier tipo de materia usando “fuerzas” que no pueden ser percibidas por ninguno de los cinco sentidos humanos es sobrenatural y no existe, porque viola una larga lista de leyes físicas, químicas y biológicas; y nadie, por más que lo intente, puede comprobar su existencia.
Lo mismo ocurre con los “fenómenos” llamados levitación, telepatía, telequinesis; así como comunicarse con personas ya fallecidas que se encuentran “en el más allá”, “leer la mente de otras personas”, sanar padecimientos o enfermedades sin usar ningún medicamento o terapia, sino simplemente el “poder mental”; interceder ante supuestos espíritus para lograr algo que otra persona desea, viajar a través del tiempo (hacia el futuro o hacia el pasado), predecir el futuro, tener “visiones” de algo que está ocurriendo en un lugar lejano, o de algo que ocurrió, o algo que va a ocurrir.
Todos esos fenómenos sobrenaturales, son fabulosos y chéveres para pasar un momento entretenido conversando con otras personas, o para crear poesías, novelas, filmes, historias, series de televisión, revistas, etc., que nos asombran, deleitan o asustan—pero que no son ciertas porque no son posibles.
La magia y el ilusionismo, hacen uso de la ilimitada imaginación humana y de muy diversas destrezas y trucos, para lograr que aparentemente ocurra lo imposible o lo sobrenatural—inclusive, haciendo uso de conocimientos científicos.
¿Cómo es posible lograr que quede un cuadrito en blanco dentro de este triángulo con sólo mover de lugar las piezas de colores que lo llenaban por completo?.
Simplemente no es posible, aunque usted lo esté viendo con sus propios ojos.
Para resolver este “misterio” usted necesita repasar sus conocimientos de geometría y trigonometría, porque no lo podrá ver, pero sí podrá saber, que la hipotenusa del triángulo inferior no es una línea recta, como la del triángulo superior, sino una línea curva; y el área del cuadrito en blanco—es igual al área interior que se formaría colocando la hipotenusa curva, del triángulo inferior, sobre la hipotenusa recta del triángulo superior—y esa área se usa para crear el cuadrito en blanco del triángulo inferior. Pero la curvatura de la hipotenusa del triángulo inferior, es tan sutil, que usted no puede percibirla—con sus humanos ojos—hasta que usted recibe esta explicación y aguza su sentido de la vista, para notarlo.
Todos los “misterios”—o aún no han sido develados por la ciencia—o son ilusiones; que el ilusionista o mago, “crea” aprovechándose de nuestros limitados sentidos (vista, oído, gusto, tacto y olfato)—o de habilidosos estratagemas y trucos—y son misterios diseñados exclusivamente para los seres humanos—porque otras criaturas que poseen sentidos más eficientes que los nuestros, podrían detectar el truco con facilidad—y en la vida real, nunca están pendientes ni tratan de explicarse ningún misterio; usan sus sentidos sólo para desenvolverse y sobrevivir en su ambiente.
Todos sabemos que las aves rapaces (águilas, halcones, búhos y lechuzas) tienen un sentido de la vista mucho más eficiente que el nuestro; que el sentido del olfato de los perros y de muchos insectos que usan sus antenas para olfatear, es muchísimo más eficiente que el de los seres humanos; y hasta existen criaturas que poseen sextos y séptimos sentidos de los cuales nosotros carecemos; como el radar de los murciélagos, el sonar de los cetáceos, el órgano sensor de energía infrarroja de las serpientes; la línea lateral de los peces, y el sensor eléctrico que tienen los tiburones martillo en su muy extraordinaria cabeza. Un oso polar; por ejemplo, puede oler a una foca que se encuentre a más de un kilómetro de distancia y escondida en una guarida ubicada bajo más de un metro de nieve.
Esas extraordinarias capacidades de los sentidos de criaturas diferentes al ser humano, son sólo una minúscula muestra, de que la realidad; es decir, que la naturaleza, que todavía estamos estudiando para entenderla en su totalidad, es mucho más fantástica y asombrosa, que las criaturas y hechos sobrenaturales que los seres humanos hemos creado usando nuestra ilimitada capacidad de imaginación.
No pocas personas; algunas con buenas intenciones, pero otras con sólo la intención de lucrarse, se aprovechan; también, de la credulidad de otras personas, y como ejemplo específico de esto, podemos citar a la “medicina homeopática”. Las personas crédulas compran y utilizan “medicamentos homeopáticos” creyendo que les va a conseguir el ansiado alivio para un padecimiento, sin saber que todo “medicamento” homeopático; por definición no contiene ni la más minúscula cantidad del “medicamento” que dice contener, porque sólo contiene al “espíritu” del medicamento—espíritu que; por supuesto nosotros sabemos que no existe.
Algunos médicos serios y profesionales que dicen ser “médicos homeópatas”, lo que están haciendo realmente es usar a los “medicamentos” homeopáticos como placebos—que son sustancias inertes (que no causan ningún daño), pero que tampoco producen ningún bien—si el paciente observa que un “medicamento” homeopático alivia o cura su padecimiento, esto es debido—no al “medicamento” homeopático—sino a un proceso psicológico que logra que su propio organismo corrija o cure la dolencia, como han descubierto los científicos y lo han llamado “el efecto placebo”.
Si usted desea maravillarse, asombrarse u observar cosas increíbles; que parecen imposibles, sólo tiene que dedicarse a observar o estudiar a la naturaleza; especialmente los detalles que han descubierto los científicos, ya que lo sobrenatural, sólo existe en nuestra ilimitada imaginación.