Lo que las cifras no dicen

Los números pueden ser engañosos, especialmente cuando no vienen junto a la correspondiente y necesaria interpretación de las condiciones en las que ocurren los eventos de los cuales se derivan y de los factores que los producen. Así, las cifras que son producto de un proceso electoral o de las encuestas previas, pueden conducir a unas conclusiones incompletas, si no se acompañan con los elementos que las complementan y ayudan a su integral interpretación.

Nos vamos a referir a eventos puntuales, cuyos «resultados» oficiales conoce la mayor parte de la población, aunque no todos manejen o incorporen los factores que las cifras no reflejan, y que sin embargo intervinieron, para aumentarlas o disminuirlas.

Ocurrieron, en el 2004 el Revocatorio, en el 2005 la elección de Diputados a la Asamblea Nacional, en el 2006 la elección presidencial que enfrentó a Chávez-Rosales, en el 2007 hubo intento de Reforma a la Constitución y en Noviembre del 2008 habrá elecciones de Gobernadores, Alcaldes y Diputados a las Asambleas Legislativas. Son cinco eventos los que vamos a usar para demostrar que hay otros resultados más allá de las cifras oficialmente dadas por el CNE o las empresas encuestadoras. De los cinco eventos a que hacemos referencia, los tres primeros fueron «ganados» por el Gobierno, en el cuarto evento la Victoria correspondió a la Oposición, y el quinto evento está por darse el 23 de Noviembre, pero sobre el mismo tenemos tendencias por Encuestas.

*Oficialmente, el revocatorio dio resultados favorables a la permanencia de Chávez en la presidencia, pero ese dato oculta que un año antes todas las encuestas de Opinión señalaban que la mayoría de los venezolanos tenía la intención de votar contra su permanencia en la presidencia, producto de la pésima acción de gobierno y las dudas razonables surgidas de la responsabilidad oficialista en los trágicos sucesos del 2002, con hechos e imágenes que denunciaban la torcida conducta de Chávez y los suyos desde antes y durante los acontecimientos de abril, cuando «el Alto Mando Militar, en vista de los graves sucesos ocurridos hoy (11 de abril) le solicitó al ciudadano presidente de la República la Renuncia, la cual aceptó» (Lucas Rincón por TV). Lo real es que para el 2003 las encuestas reflejaban el descontento de las mayorías, ante un gobierno que sólo discurseaba y además exigía practicar el masoquista principio de «con hambre y sin empleo, con Chávez me restéo». Tuvieron que aplicar tácticas dilatorias por un año, posponer la ejecución del Referendo Revocatorio mediante el argumento falaz de las «firmas planas» de millones de opositores, que volvieron a firmar en solicitud formal del Revocatorio, mientras el Gobierno instrumentaba el mecanismo absolutamente demagógico y populista de las Misiones, gigantesco esquema de distribución de Dádivas, más ambicioso y complicado que el utilizado por los adecos y los copeyanos, bautizado con nombres de próceres, pero simple compra de votos por vulgar aprovechamiento de las necesidades de los más humildes. Ese correr la arruga ha demostrado ser ineficaz para resolver satisfactoriamente los problemas reales, luce muy desgastado en la actualidad, de modo que ya no funciona como generador de respaldo electoral, más bien evidencia la incapacidad del oficialismo para proveer soluciones definitivas, y sirvió para ayudar a los cubanos traídos al país y a sus familias en Cuba.

*En el 2005 la Oposición decidió no participar, lo que derivó en una Asamblea Nacional absolutamente chavista, pero al menos dejó claro ante el mundo entero que, sin las condiciones para manipular los votos, el oficialismo únicamente tuvo el respaldo del quince por ciento de los electores, ya que el resto se repartió entre la abstención y los votos nulos (éstos sobretodo en los cuarteles). Merecen discusión aparte la particular estrategia opositora de abstenerse en esa ocasión, y la legitimidad de una Asamblea cuyos diputados tienen el respaldo de apenas el quince por ciento de los venezolanos, lo cual no refleja el país real, requisito indispensable para quienes se dicen representantes. Hoy, esa vergonzosa unanimidad del 2005 presenta islas de disenso (Podemos, Tascón y su combo, Pastora Medina), pero aun no representa a la mayoría de los venezolanos, lo cual será modificado en las elecciones del 2009.

*Para las elecciones presidenciales del 2006, que dieron ganador a Chávez por una ventaja grande de sufragios a su favor, debemos señalar ciertos elementos que matizan esa presunta victoria del chavismo; 1. El gobierno ya tenía a su candidato y estaba en campaña desde el año anterior, la Oposición tuvo que vencer la inercia de la posición abstencionista que había aplicado en el 2005, y ponerse de acuerdo sobre un candidato unitario, resultando seleccionado Rosales, quien en apenas tres meses debió competir contra un Chávez que le llevaba la ventaja del tiempo en campaña, y el ilegal uso de los recursos del Estado con fines proselitistas. Los votos a favor de la candidatura de oposición se vieron reducidos por un remanente abstencionista (algunos porque todavía mantenían esa línea, otros porque se negaban a apoyar a un candidato distinto al de su preferencia personal, incondicionales de Teodoro o Borges). 2. El CNE, ante los muchos y evidentes vacíos de control efectivo por parte de la Oposición, pudo mantener ciertos graves vicios que favorecían al oficialismo, aumentando su votación (aunque nunca sabremos exactamente en qué cantidad), permitiendo la doble y triple cedulación (facilitada por la sospechosa mala calidad de la tinta, y la existencia de espacios en blanco en Cuadernos de Votación), la participación de Extranjeros cedulados irregularmente, sin llenar los requisitos (algunos ni siquiera hablaban castellano), y el Traslado Inconsulto de Electores, cuyas direcciones fueron cambiadas a muy distantes entidades, impidiéndoles ejercer su derecho. La Comisión Observadora de la Unión Europea en su informe de febrero del 2007 denunciaba que fueron víctimas de este procedimiento Un Millón Ochocientos Mil votantes, lo cual sumado a las cifras no precisadas de multicedulados y extranjeros, ofrecería un panorama muy diferente.

*La inconstitucional Reforma fue derrotada el 2D del 2007, pero la escatológica reacción de Chávez, renuente a aceptar los resultados, la injustificada demora del CNE en el primer Boletín, y el delincuencial retraso de nueve meses ya sobre el Boletín final, nos permiten suponer que esos resultados son demoledoramente negativos para el oficialismo, y deben ser mantenidos en secreto para atenuar la derrota que saben cierta e inevitable en las elecciones de Noviembre.

Para el evento del 23N las encuestas indican dos tendencias importantes, que los candidatos del oficialismo pierden en la mayoría de las jurisdicciones, y que ya Chávez perdió el «efecto Teflón», ese privilegio que le permitía pasar por el fango del gobierno sobradamente incapaz sin mancharse. Ahora, con una Oposición crecida y unida, el oficialismo se presenta dividido en dos facciones, los chavistas duros incondicionales de Chávez (lo cual es su mayor debilidad, pues todo depende de un individuo, los demás no tienen luz propia en esta porción), y los chavistas light o disidentes, aquellos que no sólo cuestionan la ineficacia del Gobierno sino que ahora reconocen la responsabilidad del propio Chávez en este desorden, y lo enfrentan, lanzando incluso candidatos opuestos a los designados por el capricho antes omnipotente del caudillo venido a menos. Y eso que las encuestas no pueden reflejar cuántos de los que dicen apoyar al gobierno o aparecen en el renglón «No sabe, No Declara», lo hacen obligados por su condición de empleados públicos ó beneficiarios de Dádivas-Misiones, amenazados de despido en ambas instancias, y votarán en contra de quienes los humillan y utilizan.

Corresponde a la Oposición presionar por la depuración del Registro Electoral Permanente, aumentar la contraloría social que impidió las trampas el pasado diciembre, ofrecer Proyectos para realmente solucionar los problemas que competen a Gobernaciones y Alcaldías, así como Garantías de serio cumplimiento, en el marco Democrático.-