Opinión Nacional

Lo esencial en una batalla es la victoria

La situación electoral venezolana navega en un borrascoso mar de incertidumbres. Un pueblo opositor que se sabe mayoría pero que deshoja la margarita entre votar y no hacerlo abrumado por la terrible guerra psicológica a que lo somete el gobierno para infundir por todos los medios a su alcance el temor y las represalias, sumado a un CNE que carece de la confianza de la mayoría de los electores pues actúa en evidente contradiccion con la ley electoral que impide claramente el uso de artilugios electrónicos y ordena el conteo final de todos los sufragio para poder legitimar las actas de votación.

Ante esta realidad, las encuestas que miden la intención de voto ubican a poca distancia a quien ha sido designado candidato unitario del pueblo democrático y al aspirante albacea de Fidel Castro. Ello en abierta contienda entre el castro comunismo que implanta la cúpula gubernamental y una perfeccionada democracia que deseamos restaurar. Este escenario nos revela un país dividido que los venezolanos debemos superar para alcanzar un desarrollo sustentable.

Recordamos tres hechos históricos, dos ajenos a nuestra realidad y uno muy cercano, que son prototipos anticipados de lo que puede pasar en Venezuela.

El primero de ellos, la elección de John F. Kennedy quien con la mejor imagen presidenciable, los apoyos de los muchachos bostonianos que J.F.K. tuvo que desechar de su comando por la legitima presión de otros aliados, y los manejos incalificables de su clan familiar logra ganar el 08 de noviembre de 1960 por un estrecho margen de 150.000 votos en presencia de una moderada reacción de Richard Nixon ante la posibilidad de un fraude quien terminó respetando el resultado para no vulnerar el sistema democrático de los Estados Unidos. Los enemigos jurados del Clan Kennedy, en un poco investigado suceso, realizaron el magnicidio de Dallas.

Ocho años después, en la Venezuela de 1968, Rafael Caldera ganó por escasos 30.906 votos a Gonzalo Barrios quien, con poca anuencia de su partido, reconoció el triunfo por ese escaso margen en respeto a la tesis de la alternabilidad que consagra la Constitución Nacional.

En el México de nuestros días el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación anunció los resultados de las impugnaciones hechas a las elecciones celebradas el pasado 2 de Julio ha declarado ganador a Felipe Calderón por 243.934 votos con la protesta de López Obrador quien se resiste a reconocer el triunfo de su ponente y amenaza con un gobierno paralelo.

La Venezuela actual, caracterizada por el despilfarro de los dineros públicos y el asalto a la grande y pequeña propiedad privada, esta muy lejos de una situación de prosperidad con trazas claras para su desarrollo. El crecimiento económico impulsor del empleo y de una mejora de los ingresos de la población sigue sin encontrar un camino cierto.

Dadas las perspectivas, quien resulte electo presidente, y esperamos que sea Manuel Rosales y por ello estamos trabajando a tiempo completo, lo hará en un contexto de electoral muy cerrado por lo que la consigna de ganar y cobrar toma toda la fuerza reivindicatoria que nos llama a una vigilante y participativa presencia para quienes hemos vivido el trago amargo de ganar y no cobrar.

En esta lucha por ganar y cobrar nos necesitamos todos sin egoísmos ni pretendidas figuraciones. En «EL ARTE DE LA GUERRA» Sun Tzú afirma que un general debe saber escoger a sus hombres y a sus aliados para la situación requerida para que así se aproveche mejor. Dice Li Ch’uang que «el valiente sabe batirse; el prudente, defenderse; y el sabio, asesorar. Así no se desperdicia el talento de nadie». L o esencial en una batalla es la victoria .

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