Lloran las letras
Bien cierta es la letra de aquella canción que expresa “la vida te da sorpresas .. sorpresas te da la vida”, y lo señalo por que si bien es cierto, no hay nada más natural que la vida y en ese mismo orden de ideas la muerte, no es menos cierto, que cuando esta sobreviene y a relativa temprana edad indiscutiblemente que afecta, golpea y descompensa a unos y a otros, a familiares y amigos. Una de esas partidas que nos ha dejado hondo pesar es la del poeta José Pepe Barroeta y recientemente la partida física del querido amigo Jesús “Chucho” Serra Pérez.
En lo personal estoy comprometido y obligado por el corazón, por la consciencia a escribir esta nota. En los veinte años que tengo viviendo en esta extraordinaria comarca que es Mérida, he vivido y sentido a la ciudad, a su Universidad, a la Academia de Mérida, a los profesores, académicos, músicos, poetas, tallistas y para usted de contar. Mérida es un crisol generoso y rico en recursos humanos, en espiritualidad y cultura. Uno de esos poetas y escritores, y ante todo ciudadano y amigo, que he tenido el inmenso placer de conocer y tratar fue justamente a Jesús Serra Pérez, un caballero, un cosmopolita, uno de los seres humanos más hermosos y humildes que mi memoria recuerda, un ser humano con incomparable y sobrado donde gente.
Cómo relegar o desconocer el impacto que nos causo la noticia de su partida. Todavía tengo el recurso vivo, cuando regularmente en algunas de las tardes merideñas en las que algunos profesores y amigos acostumbramos reunirnos, originalmente en el Tcafé y más recientemente en La Capellanía, a degustar de un café, la lectura de alguna novedad literaria, poética, ensayística o de análisis político, con su obligatorio debate o conversatorio, veíamos desfilar a Jesús Serra en ese exquisito café de Centro Comercial Alto Prado tras la búsqueda de un puñado de lirios, calas o geranios para Marisela, hijas y nietos y en algunas oportunidades en la búsqueda de un cafecito o alguna aromática, y por supuesto un dialogo sobre los padecimientos y problemas cotidianos de la Venezuela contemporánea.
Pero es que a Jesús también lo recordamos haciendo gala de buen orador y hablador en la Panadería Nevadas en la Av. Universidad, en compañía de Ramón, Armen, Simón Noriega, Manuel de La Fuente, quien suscribe y otros amigos más. Y jamás podremos olvidar su oficio permanente como Profesor de la Escuela de Letras y del Instituto de Investigaciones Literarias de nuestra Universidad de Los Andes, acompañado de su condición de escritor, como narrador, poeta y ensayista vertiendo siempre su inocencia, sus frescura humana, su humildad, la cotidianidad y demás.
Jesús Serra Pérez además fue una de esas bujías y motores en lo que fue el nacimiento de ese magnánimo recinto que es la Academia de Mérida, y dentro de esta destaco su labor en la Biblioteca y edición del Boletín de la Academia de Mérida. Jesús al igual que Don Pedro Rincón Gutiérrez a quienes quisimos y admiramos fueron siempre los primeros en darse cita en los respectivos bautizos de libros que me correspondió hacer en el seno de la Academia de Mérida. Jesús aparte de su trayectoria profesional, humana y espiritual, fue un hombre sumamente culto, organizado, ponderado que también disfruto de la bohemia, sus relatos parisinos así lo dejan entrever, y sus viajes a lugares recónditos del mundo en los que vivió a plenitud junto a Marisela, la memoria imborrable de su madre, la presencia de sus hijas y nietos, un buen libro y una buena mesa.
Quienes le conocimos, le admiramos y le quisimos hoy lo recordamos con sus rasgos, su valía, temple, su mística y condición humana, su actitud de lucha y desafió frente a la enfermedad que lo afecto en los últimos años. Esta ciudad de Santiago de Los Caballeros de Mérida, su Facultad de Humanices y Educación, el Instituto de Investigaciones Literarias, sus amigos y las letras hoy lo lloramos y nos consolamos con su presencia y la herencia espiritual que nos dejo. Donde te encuentres Paz a tus restos y recibe este fugaz homenaje.
(*) Profesor de la Universidad de Los Andes