Libertad para la excelencia
Hace 15 años un equipo de personas encabezado por Carlos Ciordia decidió formar la Fundación Excelsior para premiar la excelencia en el desempeño estudiantil . A lo largo de los años se han añadido municipios y estados a esta iniciativa que merece todos los elogios, porque el desarrollo, el progreso y el bienestar se logran en ambientes de excelencia, no en antros de mediocridad.
El premio enaltece los valores fundamentales: el esfuerzo, la honestidad, la constancia, el amor, el trabajo en equipo y la solidaridad. Y este año, por sobre todos esos valores, se quiso reconocer el más importante de todos, ése que es «el eje transversal de la vida del ser humano y de todo lo que el hombre puede lograr: la Libertad». Así con mayúscula. En un emotivo y breve discurso, como debe ser, al inicio del acto, Carlos Ciordia les dijo a los premiados: «Porque somos libres, escogemos nuestro destino. Porque somos libres, trazamos nuestro camino. ¡Porque ustedes son libres decidieron ser excelentes!»
Y esa libertad para ser excelentes hay que defenderla a toda costa. Hoy se ciernen sombras sobre nuestro sistema educativo que pretenden hacer tabula rasa e igualar por debajo, con el pretexto de «incluir a los excluidos». Los «excluidos» han sido «excluidos» porque no se les han dado las herramientas para incluirlos. La solución no puede estar en no enseñarles lo que se les debe enseñar, ni en dejar de exigirles lo que se les debe exigir. Yo creo firmemente que todos lo podemos todo, siempre y cuando nos provean de las técnicas necesarias para aprenderlo. Leonardo Da Vinci hablaba de los «ciento y tantos oficios que había aprendido», no de los «dones» que tenía. De hecho, no ha habido genio en la historia que no haya aprendido técnicas, técnicas y más técnicas, que no se haya esforzado, que no haya trabajado arduamente.
El hombre de cine y TV Ricardo Tirado sostiene que «el único lugar en que el éxito aparece antes que el trabajo, es en el diccionario». Por eso felicito a Carlos Ciordia, por su iniciativa de premiar a los muchachos que han hecho «de la excelencia su meta, del trabajo su bandera y del esfuerzo su día a día» . Lo sé porque soy mamá orgullosa de una de las premiadas y sueño con el día en que los premiados sean todos los estudiantes, porque en libertad decidieron ser excelentes.