Las Primarias: una orden del imperio de la razón
El que se pica es porque ají come. Eso dice el refrán popular. Lo que pica es Súmate y el apoyo de un 80% de venezolanos que le venimos dando, desde hace cuatro años, a este sistema unitario y de participación popular a los fines de apuntalar un liderazgo nacional legitimado y compartido.
La búsqueda del voto por cada uno de los precandidatos inscritos para este noble torneo en todo el territorio nacional esquivara la pretensión de quienes fuera del actual contexto histórico pretenden recurrir a las fracasadas experiencias de los cogollos y sanedrines para imponer criterios sin el sentir popular. Ello levantara la moral del pueblo democrático y le dirá que es posible recuperar el futuro para todos y particularmente para la nuevas generaciones.
Es obvio que organizar un ejercito de testigos a nivel nacional, algo así como cincuenta mil activistas, en todas las parroquias del país, será una maquinaria poderosa que trabajando por potenciar un candidato de unidad nacional que al ser legitimado por la voluntad de los votantes ejerza un liderazgo compartido con todos aquellos que concurrieron a medirse valientemente en representación de quienes los apoyaban.
Allí radica el temor de quienes hoy nos desgobiernan. En la organización unitaria del pueblo generando un mensaje que adverse con fuerza al enmascarado poder gobernante, que detenga la dispersión concentrando el liderazgo y presente un plantel de lucha que enfrente con éxito los retos que nos plantea la venidera coyuntura electoral.
Por ello desde las más altas esferas del poder se intenta una guerra psicológica que procura la no participación pues saben que una oposición unificada será victoriosa ante las adversidades. Esta claridad no presupone la existencia de una pulcritud electoral por la cual hay que luchar día a día exigiendo el más estricto cumplimiento de la ley que si es burlada exigirá esfuerzos mayores para la implantación de la verdad y la justicia.
El adversario regateará las condiciones que de darse darían al traste con sus aspiraciones continuistas y eso es parte de la lucha. Con nuestra participación y la de muchos demócratas del mundo debemos lograr la transparencia electoral y esta nos dará la victoria con el poder que dan lo votos y la voluntad de vencer que nos acompaña.
Arriba el animo, fuera los temores. Jornadas de lucha nos esperan y al final de ellas nos aguarda el triunfo que todos deseamos para vivir en una Venezuela cara a la verdad, prospera, que nos permita vivir con bienestar y en libertad.