Las listas que importan
La lista de opositores viajeros publicada por el gobierno se suma a las infames listas de Tascón y Maisanta. El método así como el objetivo es el mismo: la utilización de los mecanismos del Estado para perjudicar a la otra parte de la población que se les opone.
Lo que realmente nos interesa conocer son otras listas y otros viajes. Pero no de particulares sino de funcionarios públicos que viajan con fondos del Estado. Recordemos que “el finado” viajó tanto que algunos calcularon que pasó casi dos años de su mandato fuera de Venezuela. Maduro no se queda atrás. Su último viaje a Cuba a rendir pleitesía al decrépito dictador cubano y pedir línea, es algo que todos debemos repudiar si creemos en una Venezuela soberana. Así como también los viajes con maletas llenas de petrodólares o aquellos en que se derrocha nuestro dinero en el extranjero- “la regaladera”.
Deberíamos conocer las listas de lo hecho con el dinero público y de cuánto se perdió en el caso de Pudreval, en general de quienes dilapidaron los dineros de los venezolanos; las listas de los boliburgueses que se han enriquecido a la vera del Estado; de los negociados y negociantes en las compras incontroladas de alimentos y otros bienes y servicios a Brasil, Argentina y los demás socios de Mercosur; o preocuparnos por los varios funcionarios públicos de alto rango que están en las listas de traficantes de drogas, como la lista Kingpin del Departamento del Tesoro de EE.UU; o por la listas de las decenas de miles funcionarios cubanos, aprobados por el partido comunista, que se esparcen por la geografía patria.
¿Podremos saber, al final de este desastre, los nombres de los que dilapidaron el tesoro público?¿Tenderemos listas de quienes permitieron que exista una lista de presos políticos, o que permitieron que existan exilados o de que se hayan marchado cientos de miles de venezolanos al exterior? Estas son las listas que a mi y a muchos venezolanos nos interesa. No por venganza política sino para llevarlos a la justicia terrenal y someterlos a sanos juicios apegados a las leyes.
Si una decena de dirigentes de oposición se fueron de viaje al exterior a vacacionar en estas fiestas navideñas en que debemos dedicarnos a la familia no es nada criticable. Ese es tiempo de celebración del amor para reflexionar sobre que le conviene a un país que sin duda está en una agonía terminal y buscar una salida concertada. Y no para dedicarnos a hurgar en la vida privada de las personas con fines de vendetta política. Empero, hay que hacer un llamado a esos que viajaron y a los que no lo hicieron a la unión y pronto regreso al arduo trabajo político que nos espera en este año.
