Las estadísticas de fidel
“Soy de los que creen sinceramente en las libertades, soy de
los que creen que cada cual debe tener derecho a
opinar lo que piensa. Pero jamás el sistema de privar
a nadie de sus derechos, de enclaustrar la
inteligencia. De amordazar el pensamiento, por ninguna
razón del mundo” Fidel Castro.”(El Desarrollo
Económico de América Latina, imprenta del Ejército
Rebelde, La Habana,1959,Pág.4
Existe un famoso aforismo de Bernard Shaw quién
sostenía que había tres clases de mentiras:”Las
mentiras, las grandes mentiras y las estadísticas”.
No se crea que nos resistimos nosotros al valor de
instrumental científico que posee la ciencia
estadística. Lo que puede tener de cierto la
tremenduras de Shaw es el uso del dato, no ya
falsificado lo cual no deja de ser frecuente, sino la
arbitrariedad de resaltar un “número”, aún siendo
cierto, y ocultar con el uso del mismo sistema, otros
hechos, que en el contexto económico político son
altamente significativos en la evaluación de un
sistema político. Consideramos oportuno recordar
cuando El 27 de octubre del año 2000, Fidel en un
discurso ante la Asamblea Nacional de Venezuela
increpó el precario desenvolvimiento de la democracia
venezolana dándose el tupé de increpar el precario
desenvolvimiento de la democracia representativa
venezolana nacida en 1958 comparándola con los
supuestos logros de su revolución gestada casi
simultáneamente.
Nuestra posición no es la de defender lo
indefendible, pero lo que sí estamos seguros y eso
jamás lo entenderá Castro, es que la libertad es un
valor político y ético sublime, y ese camino, el de la
democracia y la pluralidad con todas las distorsiones
que puedan resultar inaceptables en nuestro caso, fue
el sendero que elegimos los venezolanos en 1958.
Asumimos el riesgo de las tensiones que genera una
sociedad libre, apartándonos así lo que había sido un
bochornoso pasado: de endémicas tiranías, guerras
civiles y el uso abusivo de la violencia; apostamos al
esfuerzo por crear un orden racional de convivencia
que más bien que mal logró buena parte de su cometido
y que ha fue la médula hasta 1998 de nuestro sistema
político institucional.
Coincidimos con Deutsch cuando dice, que optar por la
democracia y la sociedad abierta no es tan sólo el
resultado de un punto de vista como cualquier otro en
torno a cuestiones de exclusiva eficacia práctica,
sino sobre todo un juicio de naturaleza moral sobre la
dignidad del hombre.
Fidel con sus números no podrá convencernos y mucho
menos ocultar el hecho que las sociedades
colectivistas fueron un estrepitoso fracaso. El
socialismo donde se aplicó, no sólo resultó en
opresión demostrando su incompatibilidad con la
democracia y la libertad, sino que fue materialmente
incompetente. Ninguna de las experiencias socialistas
europeas por ejemplo y eso lo sabemos todos o al menos
casi todos, fueron capaces de acercarse a los índices
de bienestar de sus similares del campo democrático y
capitalista. Cuba no es una excepción por más que la
retórica hipnótica de Fidel Castro se empeñará en
contradecir. Es cierto que las experiencias
democráticas en el hemisferio han sido
sistemáticamente frustradas, su inapropiado desempeño
ha sido causa de desesperanza, son muchas sus causas,
una de ellas ha sido su desviación populista y de la
acción de un Estado paternalista que no sólo asfixió,
y congestionó toda la economía, sino los hábitos del
ciudadano y ha hecho todo lo posible para convertirlo
en un mendigo.
La única manera de ser libres, es en la práctica
cotidiana de la libertad. No es verdad que estemos
condenados a no prosperar en un clima de libertad y
bajo el imperio de la ley y seguir viviendo ante la
irritante desigualdad que nos rodea; mucho menos
comprar el chantaje salvacionista de lideres como
Castro o Chávez que no pasan de repetir los
anacrónicos y simplistas argumentos del viejo
radicalismo extremista, de que América Latina es
víctima de una conspiración para ser devorada por los
poderes globales encabezados por los Estados Unidos.
Para avanzar hacia el desarrollo, tenemos que combatir
estos mitos castrantes que sólo exaltan un complejo de
perseguidos, pero que tienen fines de manipulación
política indiscutibles. La cruda realidad es que los
principales culpables de nuestro atraso, opresión y
desesperanza somos nosotros mismos.
Pero para avanzar hacia adelante, es necesario
extirpar el redencionismo. Ninguna política tiene
soluciones mágicas, la democracia es una lucha
exigente, ardua y constante, nunca es conclusiva; ella
implica interrogarnos, escoger, autodisciplinarnos,
adaptarnos, competir. El dar este paso en nuestra
conciencia a la que será muy difícil de habituarse,
sería la verdadera revolución que esta por hacerse y
que dejaría sin oficio a los”salvamundos”.
Los hechos y los números tampoco favorecen a Fidel
Castro. Desde luego que ninguna de las arideces de la
Revolución Cubana eximen a la democracia venezolana de
la abundante descomposición que la erosionó. No
obstante, por precaria que fuera nuestra política
democrática, corruptos infinidad de sus actores y
excesivamente frágiles sus instituciones, también se
le dio un margen en muchos de sus espacios a la
racionalidad, al sentido crítico y la persuasión, en
fin, a una concepción más cercana del humanismo que
de la praxis represiva de la política.
La Revolución Cubana, es un ejemplo de la eficacia de
los métodos policiales, del autoritarismo
personalista, de la violación sistemática de los
derechos humanos, llevándose la cárcel y el exilio la
medalla de oro en el funcionamiento de sus
instituciones. En la actualidad hay más de dos
millones de cubanos exiliados y refugiados políticos.
En la sección de intereses de USA en la Habana en la
que se otorgan al año 22 mil visas tiene ya acumulada
700 mil aspirantes a irse.
Su propia realidad económica es una verdadera ruina,
no pasó de ser un monoproductor de azúcar que le
compraba su aliado soviético a precios superiores al
mercado mundial; como resultado, Cuba ni diversificó
su economía estatizada y contrajo una deuda monstruosa
que al día de hoy no ha logrado ni piensa cancelar. La
actual inversión en turismo es producto de los
“genocidas” capitales que se “fugan” principalmente
de España y Canadá, la rentabilidad es exquisita, pues
el régimen de los “proletarios” y “oprimidos” del
mundo controlado por la nomenclatura única, no tiene
legislación laboral, sindicatos independientes del
Estado y está prohibido el derecho a la huelga. Según
los últimos datos de la UNESCO – OMS(Organización
Mundial de la Salud) Cuba ocupa en salud el 5to puesto
detrás de Chile, Argentina y Uruguay. En educación
tampoco es la vanguardia del continente como presumen
y está ubicado en la quinta casilla por debajo de
Chile, Argentina, Uruguay y Costa Rica.
Sería interminable narrar los desaciertos de la
Revolución Cubana, que además de haber suprimido la
libertad, no ha sido capaz de alcanzar otras metas en
las dimensiones de las estadísticas que maneja el
inefable dinosaurio asesino el ‘camarada’ Fidel
castro.
Los venezolanos no podemos renunciar al compromiso de
ser libres y prósperos, la estrategia insustituible es
en un orden de tolerancia, seguir la utopía de los
“profetas”, des sus mendacidades y miserias, es
cavarnos de nuevo, como viene ocurriendo, un espacio
en el abismo.