Opinión Nacional

Las culpas y los miedos del Bellaco en Jefe

Malandro cogido en falta acusa desde el cómplice de sus fechorías hasta su madre, con tal de eludir responsabilidades y librarse del castigo previsto en la ley. Tal es la conducta del alto funcionariado rojo-rojito.

La credibilidad del Comandante Bellaco en Jefe ha mermado considerablemente y la corrupción, asociada a otros delitos, trasciende las fronteras para escándalo internacional. De allí su angustia y sudoración televisada en cadena. Espanta el miedo silbando entre tumbas. La responsabilidad del autor material de la fechoría asciende hasta los mandos donde, se supone, emiten las órdenes. ¿Cómo hacer para ocultar la comida “empichada”? Son 100 millones de kilos (por ahora) de productos alimenticios, dejados podrir en contenedores. No son buruzas ocultables bajo la alfombra. Y no es dable que extraños metieran mano en operación tan delicada, de primer orden estratégico en la guerra contra el capitalismo.

El desastre sobrevino por la negligencia culpable, consustancial en mangantes trastocados de administradores de la cosa pública. Sólo a un ignorante y, por añadidura corrupto, se le ocurre importar tal gigantesco tonelaje de mercancía perecedera, sin disponer de espacio para su almacenaje refrigerado e ignorando los tiempos requeridos para su distribución. 

A la obscena ignorancia, necesario es añadir el credo fidelista del Bellaco en Jefe y su caminar mirando el retrovisor. Utiliza, sin respeto a la Constitución, el poder del Estado para imponer un sistema político-económico obsoleto, causante de ruina donde quiera ha sido implantado. Aquí ya se sienten sus efectos. PEDEVESA en estado preagónico, vendiendo a futuro para cubrir gastos improductivos del gobierno, en desmedro de su operatividad; el emporio siderocarbonífero, técnicamente quebrado y sin esperanzas de recuperación en el mediano plazo; los fundos agropecuarios y las plantas agroindustriales confiscadas presentan elevados déficit en la producción; los anaqueles de los centros de comercialización acusan índices de desabastecimiento. Las deficiencias obligan a importar algo más del 70% de lo que consumimos y los dólares comienzan a escasear, pero los cargamentos se dejan podrir en los bolipuertos.

El avanzado desastre tiene marca e intencionalidad cubana. Arrodillar, Cartilla de Racionamiento por delante, al venezolano. Es violatorio del derecho humano a la nutrición satisfactoria. Un delito que no prescribe. Como la Ley de las Comunas, de igual procedencia, desarticuladora de la estructura geopolítica, liquida la Autonomía Municipal y al Poder Estadal, arrasando con la descentralización, violando la Constitución. El Bellaco en Jefe sabe lo que se juega, de allí sus agobiantes miedos ante la proximidad de las elecciones parlamentarias.

Acudir al acto de votación del 26S supera el derecho y el deber ciudadano. Hacerlo por las listas de la Alianza Democrática lograda en la MUD, es imperativo de conciencia. Es enfrentar el totalitarismo y derrotarlo para que el kiosco de la esquina continúe ofertando publicaciones con opiniones contrapuestas y evitar que, un día cualquiera, ocupen parte de tu casa con  miembros de las bandas armadas de Lina Ron.

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