La viga en el ojo
Le calza el proverbio bíblico como anillo al dedo: ve la paja en el ojo ajeno y trata de ocultar la tremenda viga que tiene en el propio. ¿Con qué derecho arma esta alharaca contra Posada Carriles y los Estados Unidos quien ha hecho del terrorismo de Estado política oficial de su régimen?
Pruebas al canto: se han comprobado sus relaciones con las narcoguerrillas de las FARC y el ELN, cuyos elementos le sirvieron de carne de cañón electoral para impedir su revocación. Lució orgulloso ante el mundo aquella insólita fotografía que lo mostraba chofereado por el mismísimo Sadam Hussein. Y en un caso de patético entreguismo a un régimen terrorista y forajido como el cubano, decide ofrendarle nuestra soberanía.
Por si todo eso no fuera suficiente, humilla a la FAN imponiéndole un insólito padrino. Quien a mediado de los años sesenta ordenó asesinar soldados y oficiales venezolanos, desembarcó tropas de asalto en Machurucuto y financió actividades guerrilleras y terroristas para sabotear a nuestra recién fundada democracia, el dictador Fidel Castro, será honrado con el bautismo de una promoción de altos oficiales de Estado Mayor y puede que hasta sea condecorado con los tres soles que un día llevara en sus charreteras el propio Libertador. Quien ofrendaba su fortuna y su vida por la independencia del continente mientras Cuba hundía cobarde su cabeza en el regazo protector del imperio español.
Y mientras entrega nuestra soberanía a esa isla miserable, que viviría a oscuras si no fuera por el petróleo que le arrebata a nuestros esquilmados bolsillos, amenaza con romper relaciones con los Estados Unidos. ¿Por qué no organiza un referéndum para saber si nuestro pueblo lo apoya en esa delirante decisión? ¿Por qué no le pregunta al soberano si aprueba el regalo de noventa mil barriles de petróleo diarios al déspota del Caribe y si prefiere cambiar nuestras relaciones con los Estados Unidos por otras de humillante dependencia hacia la Cuba castrista?
Sabe que sufriría una derrota aplastante. El 90% de nuestra ciudadanía -chavistas y antichavistas- reprueba la dictadura cubana y simpatiza con la cultura de los Estados Unidos. Encuestas recientes muestran un dato que debiera aterrarlo: mientras el 76% de los funcionarios de su gobierno son anti norteamericanos, el 87% de la población venezolana simpatiza con los Estados Unidos. Se siente orgullosa de Galárraga, de Bob Abreu y Melvin Mora en las Grandes Ligas y no cambiaría Miami por La Habana ni que se lo impusieran con el paredón.
Así, aunque sus destempladas declaraciones halaguen los estropeados oídos del sordo tirano cubano, su objetivo ni es Posada Carriles ni son los Estados Unidos. Es desviar la atención del pantano en que está hundiendo al país. No tape el sol con su dedo, presidente. Posada Carriles no le servirá para tapar la cloaca en que han caído PDVSA y su régimen. Ya conocerá el peso de la factura acumulada. Que Dios le proteja entonces sus espaldas.