La Universidad requerida
En otras oportunidades hemos comentado los grandes aciertos y riquezas que como institución posee nuestra Universidad de Los Andes. Sin embargo, para nadie es un secreto que la Universidad posee una serie de fallas, distorsiones y desaciertos que bien pueden corregirse a través de una reforma interna, y fundamentalmente por medio de un cambio de actitud de todos quien integran la gran familia universitaria.
Claro esta el cambio de actitud no tienen otro objetivo que el de contribuir a alcanzar una Universidad más en sintonía con el país y con el entorno (en nuestro caso Mérida), y en esa misma línea, una Universidad más productiva, posesionada y eficiente en su papel de formador de hombres libres y de profesionales altamente capacitados.
Por tanto, una y otra vez no preguntamos ¿será que el problema de la Universidad es solamente un dificultad estrictamente de orden económico y financiero? Estamos convencidos junto a muchos otros mas, que si bien es cierto los recursos económicos y financieros tienen un peso específico, no es menos cierto que los verdaderos problemas de la Universidad, estriban en un mayor aprovechamiento y distribución de su presupuesto, e impulsar cambios a lo interno a fin de lograr una casa de estudios con rasgos de excelencia académica.
La Universidad jamás puede ser o comportarse como un partido político. Sus ideales, objetivos y fines son distintos en todos los órdenes. De manera que parte del cambio estriba en asumir en primer lugar el momento delicado y estelar (siempre se ha señalado sobre las llamadas crisis de las universidades) que nuestras casas de estudios asumen en la actualidad, con rasgos incomparables a otras etapas y momentos de nuestra historia. En segundo lugar, la imperante necesidad de contar con equipos calificados (nunca planchas o grupos) y con un rectorado que asuma con todo el rigor, responsabilidad y transparencia impulsar una serie de cambios que permitan entonces hablar de una Universidad audaz y con un proyecto humanista, científico y tecnológico definido.
Tenemos que admitir que vienen momentos aciagos para la Universidad en un país que asume una reestructuración en todos los órdenes, y que es preciso descifrar a partir de la idoneidad, la competencia, la ciencia y tecnología entre otros el rol que nuestra Alma Mater debe asumir y más todavía comprender que las Universidades a pesar de las críticas que en un momento podemos observar y promover, siguen siendo las instituciones de mayor prestigio frente al descalabro institucional que define a la Venezuela de los noventa y de principios de siglo.
La Universidad requerida inequívocamente debe ser una Universidad más proactiva, crítica, contestataria, irreverente, responsable, humanista y fundamentalmente incluyente y pluralista de las diversas corrientes de pensamiento, ideologías y demás. Asimismo, la Universidad requerida debe cumplir con esas tres funciones básicas y sagradas como son docencia, investigación y extensión muy disminuidas en los últimos tiempos.
Si tenemos medianamente claro las fallas, las fortalezas, los aciertos y desaciertos de la institución, con toda seguridad podremos determinar el rumbo que deberá tomar nuestra máxima casa de estudios a partir claro está de la determinación de la cuantía en recursos humanos, científicos, institucionales y financieros con que se cuentan en función de unas necesidades y demandas de toda la comunidad universitario, de la ciudad y del país respectivamente.
La singularidad de Mérida radica esencialmente en ser una sociedad con una importante masa crítica, que consecuentemente exige una dirigencia, ejecutorias y universidad en sintonía con los grandes cambios, avances y desafíos a escala global. Por lo tanto, en el venidero proceso electoral para seleccionar el próximo equipo rectoral que conducirá los destinos de la Universidad de Los Andes en el periodo 2004 – 2008, es fundamental ser críticos, exigentes, más racionales y menos emotivos a la hora de emitir nuestra opinión y votar. Contamos con liderazgos, con candidatos e individualidades altamente capacitadas, con credenciales, meritos y calidad humana. Estamos convencidos que .la buena marcha de la Universidad estará en parte garantizada si el Claustro universitario selecciona un equipo de talla, peso y referencia ética, moral, humana, académica entre otros, dicho equipo tendrá la delicada misión de llevar a la Universidad, como lo señaló oportunamente Lester Rodríguez Herrera a puerto seguro. Veremos …
