La sangre y el río
Tranquilos, la sangre no llegará al río; hasta Diego Arria que no firmó el programa de la MUD apoyará al candidato que salga de las primarias. El escarceo sobre la constituyente sirvió para llamar la atención sobre lo que ocurrirá al día siguiente de una victoria de la oposición en octubre.
En Estados Unidos en las primarias republicanas al precandidato que se adelanta en las encuestas le investigan su vida sexual, llevan a sus antiguas esposas para que cuenten en televisión las propuestas deshonestas de sus maridos, buscan declaraciones del pasado; Gingrich hasta lanzó un ataque desde la izquierda contra Romney acusándolo de botar a miles de trabajadores y de no declarar sus ingresos. Estas campañas atrozmente negativas son tremendamente eficaces, mucho más que cualquier mensaje positivo. En Venezuela afortunadamente no se llega tan lejos, tampoco se gana sin el respaldo de multimillonarios, ni los precandidatos de la MUD atacan a los periodistas como en Estados Unidos.
Hay un debate entre los que quieren confrontar ya a Chávez, y acusan de paso a los otros candidatos de tomar posturas blandengues para buscar los votos de los Ni-Ni, los chavistas tibios, los abstencionistas o como se les llame.
Se afirma que así no se derrota a Chávez. Una discusión parecida surgió hace diez años en la campaña de Arias Cárdenas, concluyó con la famosa cuña de la gallina, en que le decía cobarde en vivo y en directo al Presidente. La cuña alejó la posibilidad de conseguir el voto de ese electorado chavista tibio.
Hoy las circunstancias cambiaron, el debate sigue en pie.
A la oposición más radical le entusiasma cualquier enfrentamiento con Chávez, los moviliza, los mueve a salir a la calle. Otros señalan que los votos de la clase media, del este de Caracas, de Chacao, por ejemplo, irán mayoritariamente hacia el candidato de la MUD, que necesita buscar otros votos, 60% de otros electores que probablemente votaron por Chávez en el pasado, pero que temen vivir en la isla de la felicidad y quieren que la CVG produzca cabillas, las escuelas funcionen, la inflación desaparezca… Quizá este sea un falso debate, si se toman en cuenta los tiempos, y después de que el candidato de la oposición haya construido una promesa al país y se presente como una verdadera alternativa, confrontará a Chávez, o Chávez lo obligará a devolver insulto por insulto, golpe por golpe. ¿Debe ser así desde el primer día? Algo está claro, la campaña no es un torneo floral. En las primarias los precandidatos no enfrentan directamente a Chávez sino a sus futuros aliados en la unidad, destruirlos significaría para el ganador acabar con la unidad y con sus posibilidades en octubre. El resultado de las primarias revelará qué estilo de campaña quieren los electores.
Suben los bonos venezolanos ante la posibilidad de que a Chávez lo derroten, o le falle la salud. El precio del petróleo se disparará según lo que pase con Irán, a continuación se desplomará como nunca por la crisis mundial que provocaría un barril a 150 dólares o más.
Estados Unidos se convertirá en exportador neto de gas antes de que Venezuela se vuelva un exportador de gas. La tecnología da sorpresas, muchos países cuentan con lo que llaman en España el gas de pizarra, una verdadera revolución tecnológica.