Opinión Nacional

La riqueza individual

Si las políticas económicas aplicadas durante el período de la democracia representativa no han podido sacar a la población del estado de pobreza crítica, por qué seguir insistiendo en continuar desarrollándolas. Todo el pueblo sabe que el desempleo ha aumentado y que los impuestos le siguen ahorcando lo poco que generan como ingreso de subsistencia. La turbia situación política se enrarece más por la caótica situación económica. Es muy lamentable que sea precisamente durante la gestión de este gobierno bolivariano, cuando los índices de satisfacción de las expectativas individuales han descendido. Hoy en día, muy a pesar de todos los que queremos construir un país próspero e incentivador de la riqueza individual, Venezuela es más pobre y sufre más que en las etapas anteriores. Y eso no tiene nada que ver con que apenas ha transcurrido un año de gobierno. Es insólito que se quiera manipular a la opinión nacional, con la excusa que para alcanzar el objetivo político había que sacrificar la comida y la felicidad de la gente. En un año son muchas las situaciones de angustia, desesperación y sufrimiento que se dan en el pueblo, para tratar de hacer de ese lapso un tiempo insignificante. Un tiempo intangible que solo existió para armar un objeto abstracto sobre la base del hambre. Es inconmensurable lo que en ese lapso se sacrificó: frustraciones, expectativas insatisfechas, complicaciones de salud, quiebras de empresas, familias destruidas, incremento de la desnutrición, muertes espirituales y muertes de vida. Ese no puede ser el objetivo de un gobierno que intenta reivindicar al pueblo de Venezuela. En este año sí han podido concretarse elementos que a la par de la recomposición política incidieran en la economía familiar. Ubico la causa del deterioro del nivel de vida del colectivo, en la continuidad de la aplicación de las recetas fondomonetaristas. Principalmente los impuestos. Cuando éstos se aplican sin que se produzca riqueza, tal como se hace hoy en día, terminan por exprimir al colectivo aniquilando su capacidad creadora para la recuperación. Todavía se mantiene la batería impositiva que se arrastra desde el puntofijismo puro. Conjunto impositivo que impide la reactivación del aparato productivo. Los impuestos a los activos empresariales, el incremento de los aranceles judiciales, el iva, el aumento de los derechos de timbre fiscal, la eliminación de desgravámenes, el resurgimiento del impuesto al débito bancario, el incremento a las tarifas aduanales, todo este cuerpo de instrumentos estranguladores del pueblo son los que van a darle la estocada mortal al gobierno. La comida y el empleo no requieren de una limpieza política, ni pagar más impuestos para que puedan satisfacerse. Se trata mas bien de intentar otras vías, que permitan generar empleo y ¨papa¨ para le gente. Asi podrían abrirse las vías, que todavía están cerradas, para alcanzar un mejor nivel de vida de la población .

La experiencia China, por ejemplo, es una referencia digna de estudiar. Algunos de sus postulados pueden aplicarse en Venezuela. Y eso puede tener una significativa incidencia en la reactivación, a corto plazo, de la economía nacional. En la China comunista, que de comunista parece que solo le queda la historia, se viene aplicando un modelo de economía de mercado socialista. Esto es la apertura mundial y la modernización de su estructura económica. En los últimos 15 años la economía china ha permitido cuadriplicar el Producto Nacional Bruto y casi quintuplicar el ingreso per cápita. Se han creado las zonas económicas especiales como un camino para fomentar la riqueza y el incentivo a la prosperidad individual. El Estado chino se convirtió en el facilitador de la gestión económica y en el principal promotor de la creatividad privada nacional. A tal efecto propició reestructurar el régimen de propiedad, para formalizar el concepto de propiedad privada y estimular al individuo a contribuir con su propia prosperidad. Se fomenta la inversión privada nacional y extranjera, a tal punto que hoy se cuenta con más de 300.000 empresas que provienen de este sector. Se han generados políticas fiscales y laborales para captar a inversionistas mundiales que puedan contribuir en los nuevos empleos, en la transferencia tecnológica y en la producción de riqueza. Se premia a la inversión extranjera al liberarla del pago del impuesto sobre la renta en los primeros 10 años de su actividad. Las políticas laborales son las menos complicadas del mundo a cambio de una remuneración digna del trabajador. Las zonas económicas de desarrollo conceden gratuitamente las tierras a los que construyan nuevos centros de producción. Asimismo, los activos y maquinarias importadas para las nuevas instalaciones quedan exentas de todo tipo de aranceles y tarifas aduanales. En fin, la apertura china por medio de la economía de mercado socialista esta en un nivel óptimo a escala mundial. Tanto que en los propios Estados Unidos casi todos los bienes de consumo son producidos en China. Asi tenemos que marcas famosas tienen presencia fabril en la China: Adidas, Wilson, Banana Republic, Sony, Bayer, Coca-cola, Spalding, Nintendo. Todo lo que se produce en el mundo de hoy tiene presencia en la China y eso ha sido consecuencia de no seguir los patrones que impone el Fondo Monetario cuyas recetas obsoletas no están en sintonía con las necesidades de prosperidad de los pueblos. Los incentivos que ofrece la economía de mercado socialista de China nada tiene que ver con los esquemas que se siguen aplicando en Venezuela. Y si queremos adentrarnos en la evolución próspera del individuo y del país estamos en el momento oportuno para rectificar y aplicar otros modelos que realmente produzcan la riqueza que cada uno espera. Pareciera que los chinos comunistas descubrieron lo que los fundadores de nuestra Patria plasmaron en la Constitución de 1819, en la Sección II: Deberes del ciudadano, Artículo 6: ¨La sociedad desconoce al que no procura la felicidad general, al que no se ocupa en aumentar con su trabajo, talento o industria, las riquezas y comodidades propias, que colectivamente forman la prosperidad nacional¨.

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