La Revolución
He mirado detenidamente el proceso de cambio que ha venido sufriendo la sociedad Venezolana desde aquel oscuro intento de golpe en el año ´92. Razones, las hay de más para cometer actos irracionales y desquiciados que alteran la vida de tantas personas y tantas familias en nuestra sociedad actual. Al punto que aun siguen vigentes muchas de las musas que sirvieron de alimento para quienes se aventuraron en dicha locura que justifica la muerte y el caos.
Hoy en día, leyes no han faltado para intentar empujar tal aventura revolucionaria al abismo del poder excitado de maldad y lujuria.
Si, maldad, porque no puede admitirse que en momentos cuando la sociedad ha sentido un temblor en sus bases morales, esperanzado se ha arrojado a los brazos de un personaje que anhela manipular todos los tejidos de esta obra teatral llamada “Período Presidencial Revolucionario”, maldad ya que nuestro presidente justifica la presión y opresión por parte de quienes detentan el poder junto a él, poder que por demás está enloqueciendo a quienes lo ejercen por no saber digerirlo ni administrarlo.
También lujuria, por perder el horizonte que se busca con los ideales ya inalcanzables y se alimenta del exceso y la indiferencia que los acerca a las sensaciones más básicas y nos envuelve en sus más bajos deseos e instintos.
Tal como lo dijo Voltaire, “La pasión de dominar es la enfermedad más terrible del espíritu humano” y en ella se encuentran abrazados aquellos que nunca detentaron las mieles que ofrece la revolución actual que todo lo abarca.
No puedo entender, y espero hacerlo algún día, cómo se ocultan las luchas del pasado en la memoria de estos grandes hipócritas, aquellas peleas que se libraban en los salones de nuestras “Revolucionarias Universidades” y teatros populares, que hoy pretenden callar incluso hasta a quienes perdieron parte de su sangre en aquellas verdaderas “batallas revolucionarias”. No puedo comprender porqué se alejaron del pueblo las personas que del pueblo venían y con un llanto amargo que se siente que en la sociedad aflora, se avecina el tormento de ese amor perdido que se llamó algún día “Revolución Bolivariana”.
Este “Socialismo del siglo XXI”. ¿De dónde surge dicho pensamiento social? ¿A dónde nos dirige su falta de significado? ¿Qué ideales nutren dicho pensamiento social? Sabemos que el pensamiento “Social” surge en la Francia Revolucionaria de los años 1789-1799 como concepto. El socialismo utópico es la primera corriente del pensamiento moderno socialista, que se desarrolló entre los siglos XVIII y XIX en Europa. El término fue introducido por Karl Marx para distinguir tal corriente utópica del socialismo científico, justo después de separarse de Bakunin, quien como él forjó tal pensamiento Revolucionario, basado en un análisis científico de la realidad social.
A finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, la clase burguesa o dominante se erige como la clase que ejerce el poder de lo que pasaría a llamarse la era de la Revolución Industrial o comienzos de una época mecanicista, donde el hombre pasaba a segundo término y la producción en masa a envolver las ambiciones de los que detentaban el gran poder económico. Debido a esto, distintos individuos, movidos por lo que ellos creían “la necesidad de un cambio social”, y llevados, por su experiencia “Humana” e individual y además, partiendo del cambio producido por la tecnología que avanzaba a pasos agigantados, constituyeron un grupo de pensadores heterogéneo. Sin embargo tuvieron en común una serie de rasgos, influidos en gran medida por las ideas de Rousseau y otros grandes filósofos de la época, es así cómo proponen una serie de ideas, nacidas de la Ilustración y del pensamiento filosófico de Las ideas llamadas Socialistas, que buscaban la igualdad de condiciones para todos los hombres, dichas ideas no eran nuevas para entonces. Su origen se remontaba al mundo griego, especialmente la obra de Platón, y a autores del siglo XV que plantearon teóricamente esa posibilidad como Tomas Moro en “La Utopía” y Tomás de Campanela en “La Ciudad del Sol”, entre otros. Muchas de tales ideas fueron retomadas por la ilustración e inspiradas en el espíritu del Romanticismo, que más tarde serían agrupadas bajo el nombre de socialismo utópico por filósofos como Karl Marx, quien luego escribe su “Manifiesto Comunista”. Así que podemos entender a través de todos los socialistas de antaño, sus orígenes y sus conceptos, pudiendo retomar la idea de que “El Socialismo del s. XXI” cada vez nos aleja más de la realidad actual; que su concepción pragmática es antagónica de la realidad de entonces, salvo que el Rey y su Corte o los Grandes Oligarcas, se manifiesten en quienes ejercen el poder en estos momentos.
Toda Revolución surge por sí misma, no se hace, llega, tal como dice Wendell Philips. Y llega en el momento en que la Educación, la Moral y la Tecnología no se encuentran en equilibrio y una de ellas procura subsanar las debilidades de la otra, perdiéndose en lo Conservador de un momento histórico por poner la moral primero que las otras dos, y dejando de ser Liberal al colocar la educación adecuada al pensamiento del momento histórico, para dar origen al verdadero cambio en las estructuras y convertirse en Revolución por su carácter impositivo en el cambio radical del sistema colocando la educación y la moral casi al mismo nivel, obviando la tecnología que avanza muy por delante de las dos anteriores.
Todo lo analizado anteriormente no ha surgido en la Venezuela actual, lo que ha ocurrido es un cambio de nombres y formalidades, manteniendo una estructura de poder ejercido por minorías, tal como venía sucediendo en la llamada “Cuarta República”, lo cual considero la mayor debilidad del actual gobierno. Naciendo así el origen de un nuevo orden en la estructura de mando, ya que se cambian a quienes llevaban el control del País por otros que nunca lo habían ejercido y dejando en manos extranjeras diferentes, la fortaleza que pueda tener desde el punto de vista de política internacional (se cambian a los EEUU por Cuba, Irán y países de similares características, aspecto que debilita nuestro crecimiento global y nos mantiene en constante alerta por las supuestas incursiones y políticas de ataque que dirigen los EEUU a países con características como el nuestro). Siguiendo con la idea planteada en la ubicación de la Moral y la Educación por encima de la Tecnología, notamos como la Sociedad ha quedado relegada a un segundo plano, estancada en un pensamiento de desarrollo social que nace en los siglos XVIII y XIX y se pierde en la realidad que actualmente nos cobija. Si a ello sumamos la crisis que deja el eclecticismo Existencialista que nació entre los siglos XIX Y XX y liderados por Nietzsche, Bertrand Russell, Kafka, entre otros, que pensaban que: ”La Objetividad y la Justicia no tienen nada en común”, o Políticamente, Russell, quien “Imaginaba un tipo benévolo socialismo afirmando su simpatía por el socialismo libertario o anarquismo, similar en algunas formas a, aún poseyendo diferencias importantes, al concepto promovido por la Sociedad Fabiana. Bertrand Russell criticaba fuertemente al régimen de Stalin, y las prácticas de los estados que proclamaban al Marxismo y Comunismo en general. Siempre fue un entusiasta consistente de la democracia y el gobierno mundial, y abogaba por el establecimiento de un gobierno internacional democrático tal como se expresa en algunos de los ensayos reunidos en “In Praise of Idleness” (1935), y también en “¿Has Man a Future?” (1961). Que le valieron junto a toda su obra el premio Nóbel de Literatura.
La aparición de estos pensamientos, La Primera y Segunda Guerra Mundial, la crisis de valores que genera la debacle económica del 1929 y el surgimiento de variantes Religiosas, entre Reformas y Contrarreformas, las Sectas Religiosas que diferencian la misma tendencia filosófica de Vida por conceptos que alimentan mas a grupos de poder Religioso que a la Religión misma, se agrupan para deformar la visión de un mundo globalizado y en equilibrio con profundas grietas generadas por los mismos hombres que solo ansían detentar el poder en sus diferentes manifestaciones. Tal es el caso de “Grupos Evangélicos” que enriquecen a muy pocos basados en la fe de personas con profundas necesidades que permiten ser manipuladas por sus debilidades humanas. Sacerdotes de diferentes Religiones o Filosofías de Vida, mal llamados Pastores o Videntes, Brujos, o como deseen llamarse, personas en esencia, que aprovechan la baja condición de vida en la que nos desenvolvemos para enriquecerse y engalanarse del poder que da su posición en un grupo social determinado.
Tal es el caso de la política en estos momentos, el endiosamiento del ser humano, cuando se pierde de vista la fe en una ideología pura, el agigantar la figura de un líder por falta de tener convicciones claras dentro de nosotros como individuos. Considero que el primer paso para un Verdadera Revolución, es generar una Revolución Individual, partiendo del principio de que el Hombre como especie, genera y es responsable absoluto de sus acciones y como tal debe actuar en su cotidianidad. El pensamiento Social Demócrata surgido a finales del siglo XIX y que basa su esencia en la representatividad o democracia parlamentaria y que equilibra el marxismo y el capitalismo de una manera interesante puede ser sumamente útil en lo que podemos crear como proyecto de País en la actualidad; con variantes que incluyan una especie de cambios estructurales (participación social) que anulen toda posibilidad de debilitamiento en las estructuras sociales actuales y formen una clase emergente por medio de una educación justa y dirigida a la creación de valor en todos los ámbitos del desarrollo del ser humano.
Si olvidamos la esencia de las filosofías políticas, cada vez nos alejaremos más de las soluciones reales en una sociedad que cada día está más ávida de participar y tomar decisiones, dicha esencia es el ser humano, la persona, el individuo, enclavado en una sociedad que tiene tendencias a ser excluyente por sus características anárquicas y a lo que nos está llevando el actual régimen y la misma oposición. La falta de una ideología política basada en el ser humano viviendo en armonía social está destruyendo no solo las bases de nuestra sociedad actual, sino también la moralidad, la educación y tergiversando el uso que se le da a la tecnología, usándola más para destruir que para construir.
Es el momento de alzar la voz y generar un proceso basado en una clara visión de País, proyectos que no solo son obras o hechos tangibles, debemos esforzarnos en hacer nacer un movimiento social que nos abarque a todos sin exclusiones, un movimiento político que una y no divida, que luche con una realidad que nos esta destruyendo y que definitivamente considere la VIDA como el tesoro mas valioso de todos los tesoros del Universo. Si no aprendemos la lección hoy, mañana lo que hombre destruyó, el mismo hombre será incapaz de reconstruir.