La renuncia debe ser vista desde una sola trinchera

El actual mandatario amenaza con renunciar si pierde su propuesta antihistórica, continuista y centralizadora. No será su primera renuncia, ya lleva dos. La primera fue cuando se vio derrotado en el Museo Militar al desertar de su aspiración golpista y entregó sus armas, la segunda cuando fue anunciada por el Alto Mando Militar en la vos del General Lucas Rincón y de la cual algunos guardan original y copia. Después de ambas a regresado por sus fueros. Es claro que el querer unir al destino del mandatario al rechazo de la reforma es un sofisma pues en esta oportunidad no esta en juego el cese inmediato de la permanencia de nadie en la posición que ocupa.

Ya es imposible tapar con encuestas falsas la realidad de la decisiva mayoría que adversa su propuesta comunista y excluyente. Sumados quienes la adversamos superamos por más de 10 puntos a quienes aun, por diferentes razones, pretenden avalar el desaguisado constitucional que se nos propone. Y si esa diferencia en las encuestas de opinión parece inocua basta presenciar las expresiones de rechazo que se escuchan a diario en las colas para tomar autobuses, en el Metro de Caracas, en los supermercados y abastos, en los empleados públicos, en las gobernaciones y alcaldías, en los municipios amenizados, en los liderazgos condenados a languidecer y en las vivencias del desempleo, la carestía de la vida y la inseguridad galopante que se sufre en todo el territorio nacional.

Por ello será imposible derrotar al clamor de un pueblo que quiere vivir en democracia, con bienestar en libertad.

Acompañamos a quienes están ocupados en potenciar la necesidad y el acto de ir a votar. Respetamos profundamente a quienes han escogido el camino de la abstención para la cual existen razones de mucho peso. Nos congratulamos con aquellos que desde las murallas del oficialismo han tomado la decisión de no acompañar la propuesta castradora que se nos propone. Estimamos muchísimo la valiente y decidida actitud de los jóvenes y de los estudiantes. Nos anima en la lucha la actitud de las barriadas que no esconden su rechazo a la situación de minusvalía a la cual se ven sometidos. Todos, juntos, somos una fuerza incontenible para salvaguardar nuestros derechos. Hay que garantizar esa unidad. Los que vamos a votar, hacerlo y quedarnos a defender nuestra decisión. Los que se abstienen estar presentes en las adyacencias de sus centros de votación para a una sola voz, como Fuenteovejuna, hacer valer nuestra aspiración de devolver la historia a su sitio e iniciar el camino de la reconstrucción nacional.

Pero para ello se necesita aceptar que ello es factible, amalgamar las fuerzas y esperar el llamado que se nos hará para dar un paso al frente en la contienda que se nos avecina si nuestros derechos y nuestros votos son manipulados en procura de torcer la voluntad popular.

Debemos esperarnos en la misma trinchera para ver la renuncia con la cual el perdedor amenaza a sus seguidores para chantajear sus sentimientos y procurar un voto aprobatorio obligado en salvaguarda de sus intereses personales. Y firmes ante las amenazas que se agolpan en su palabrería para no dar ni un paso atrás cuando las circunstancias lo ameriten