La renovación del Social Cristianismo
Dentro de panorama confuso que define al país en los últimos años en los que la improvisación es el vértice, y donde ha quedado desnudada la crisis y ausencia de propuestas ideológicas y programáticas serías, viables e institucionalizadas, y por tanto hablar del agotamiento y carencia de los partidos políticos en Venezuela como principal hipótesis explicativa del triunfo de Chávez en diciembre de 1998. Sin embargo, merece destacarse que frente a este escenario “confuso” con sus naturales costos humanos, institucionales, económicos y ciudadanos, surgen o emergen procesos sumamente interesantes y loables como el que experimentan de manera especifica el socialcristianismo venezolano en la actualidad.
Para el sistema político venezolano copado por el Chavismo es sano y necesario por lo demás, el que distintas organizaciones y partidos asuman y retomen el debate pendiente, se cuestionen y fundamentalmente, produzcan propuestas y visiones de país, de sociedad, de organización y ciudadanía. Si algo ha definido la ideología socialcristiana es precisamente el haber estado edificada sobre el ciudadano y el humanismo. Este último se posesiona en lema y emblema, en centro y objeto, en punto de partida y punto de llegada del accionar cotidiano.
No en balde COPEI ha sufrido los coletazos de la crisis de los partidos, COPEI ha sido la principal victima de esta suerte de antipolítica y de personalización de la política que el país registra y que si bien es cierto Hugo Chávez Frías es su principal expresión, no es menos cierto, que en el seno de COPEI tuvimos la expresión de la antipolítica y del personalismo, cuando precisamente su fundador Rafael Caldera por su conducta y actitudes fue quien dio ejemplo y contribuyo a precipitar el deterioro del partido verde.
En ese mismo orden de ideas si bien es indiscutible que COPEI como referencia y organización ha sido prácticamente borrado del mapa, no podemos igualmente desconocer que el social cristianismo sigue más vivo que nunca, y en eso debe radica la manera en que COPEI hoy Partido Popular debe repensarse y adecuarse a las nuevas circunstancias, a las nuevas exigencias, cuestión está última que demanda e implica una apertura al debate, una autocrítica, una legitima renovación de su directiva a escala nacional, regional y local.
COPEI requiere convertirse en un polo de discusión permanente alrededor del humanismo cristiano, el ciudadano, la ética, la democracia y naturalmente, los grandes problemas del país y la sociedad venezolana como son la pobreza, la inseguridad, la ausencia de políticas públicas serias, coherentes y eficientes en materia de salud, educación, empleo, vivienda. En la medida en que los socialcristianos y ciudadanos comunes y corrientes como quien suscribe sintamos que es posible el debate, repensar los autores, las propuestas y no dejar de soñar en ese mismo orden de ideas tendremos cabida para pensar en un país distinto, una sociedad realmente más justa, plural, y donde el vértice no sea la corrupción, el despilfarro, la ineficiencia, la pillería y donde la política sea un instrumento de servicio noble y loable y no una simple mercadería sujeta a trafico.
De tal manera que nos da muy buena espina e impresión el indetenible proceso de renovación que Luís Ignacio Planas encabeza en la Dirección Nacional de la organización, y que se ratifica y expresa a escala regional en una serie de Estados y regiones, en las que en otrora época justamente COPEI fuese referencia y primera fuerza electoral como es el caso de Mérida, región donde el partido cuenta como secretario general con un hombre de reflexión, ideas y acción política, nos referimos al colega politólogo y profesor de la Universidad de Los Andes, Luís Montilla quien de forma categórica señaló una frase que engloba lo que COPEI dejo de ser y hacer y lo que por ende representa un reto hoy “hacer de COPEI un instrumento al servicio de la gente”. Veremos …
