La reinserción de Venezuela en Europa
La política exterior de Venezuela ha otorgado una importancia mayor a Europa durante la presente década y aunque se ha avanzado en diversos terrenos con algún grado de lógica, falta mucho por recorrer para poner a nuestro país en los primeros lugares de la atención europea hacia América Latina. La Unión Europea también ha diseñado un cuerpo de políticas hacia América Latina desde principios de los años noventa. Ese cuerpo de políticas descansa sobre tres principios básicos: la democracia, la lucha contra la pobreza y la exclusión social y las reformas económicas de mercado, entendiéndose por esto último no solamente la existencia del libre juego de la oferta y la demanda, sino la consagración de instituciones estatales capaces de regular y promover la libre competencia, y de estructuras de seguridad social eficientes y eficaces. La Unión Europea también privilegia sus relaciones con los órganos de integración regional y sub-regional de América Latina (Mercado Común Centroamericano, Comunidad Andina y Mercosur) y los instrumentos jurídico-institucionales por excelencia para el desarrollo de tales relaciones, son los acuerdos de Cooperación Económica o de Asociación Económica y Dialogo Político, los cuales son suscritos con los países miembros de dichos órganos de integración. Venezuela cuenta con los elementos básicos para profundizar sus relaciones con la Unión Europea a nivel político, económico-comercial, científico y cultural. Sus democracia, con todos sus defectos, es rabiosamente pluralista, dinámica y con evidente capacidad de cambio; factor que nos distingue en toda la región. Sus credenciales en materia de reformas económicas y sociales pueden no estar en el tope de la lista de algunos países latinoamericanos; pero las que se han realizado (fiscales, financieras, descentralización, privatización, seguridad social, etc.), se han hecho en democracia y Europa sabe entender que en Venezuela se han realizado transformaciones importantes en todos los niveles dentro de un régimen de libertades plenas. Y en materia de integración, tenemos un expediente avanzado que mostrar como miembros de la Aladi, Comunidad Andina y Grupo de los Tres y es Venezuela una fuerza de vanguardia en la integración latinoamericana. En 1993, Venezuela suscribió con la Unión Europea, junto con los demás países miembros de la Comunidad Andina, el Acuerdo Marco de Cooperación Económica de Tercera Generación, el cual fue ratificado en 1997. En 1995, nuestro país fue incorporado al régimen andino o droga del Sistema Generalizado de Preferencias de la Unión Europea (SGP Andino), el cual otorga cero arancel a mas del 70% del código arancelario común de la Unión Europea (productos industriales y agrícolas). Ese mismo año se firmo un acuerdo sobre precursores químicos utilizados en la preparación de estupefacientes y se inicio un dialogo especializado de alto nivel entre la UE y la Comunidad Andina. En 1996, la UE y los países andinos suscribieron en Roma la Declaración sobre Dialogo Político, que prevé reuniones regulares a nivel presidencial y ministerial sobre temas como fortalecimiento de la democracia, derechos humanos, reformas políticas, convergencia de políticas en foros internacionales, etc. A nivel bilateral, Venezuela ha suscrito 53 convenios de cooperación financiera no re-embolsable durante los últimos cinco años, en áreas como la educación, la salud, el ambiente, reforma judicial y penitenciaria, infancia y juventud desarraigada, desarrollo sostenible, promoción de exportaciones no tradicionales, etc. Institutos como el IVIC, el CONICIT y la Universidad de los Andes, entre otras, se han hecho acreedoras de diez programas de cooperación científica horizontal (Programa ALFA) en los últimos tres años. Se han suscrito veinte convenios para la promoción de negocios empresariales euro-andinos y euro-venezolanos con empresas y gremios venezolanos dentro de los programas ECIP y Al-Invest de la Unión Europea. En 1997, se firmó el Acuerdo Marco con el Banco Europeo de Inversiones, el cual permite el acceso a créditos de rango multilateral para los proyectos dentro de los sectores público y privado. En 1997, después de un esfuerzo sostenido y sistemático, Venezuela logró por primera vez ser incluida en la lista provisional de países que pueden exportar productos de la pesca a la Comunidad Europea; pero esto es solo el comienzo de un esfuerzo mayor y sistemático para cumplir los requisitos veterinarios y saniarios europeos por parte del MAC/SARPA y los productores venezolanos en materia de productos bivalvos, lácteos y de la carne. A partir de 1996, hemos dado los primeros pasos por desarrollar una relación energética especial con la Unión Europea, que incluya elementos como la seguridad energética, la cooperación científica y tecnológica, las reformas de los marcos regulatorios energéticos y la generación de negocios euro-venezolanos. Se firmo, el 23 de junio de 1998, el primer intercambio de cartas con lineamientos de cooperación energética entre el ministro de energía y minas de Venezuela y el Comisario de energía de la Comisión Europea. Este instrumento, precedido de uno igual firmado en 1996 a nivel de viceministros, constituye la base para la profundización futura de esta relación especial, que es de vital importancia dada nuestra significación como país energético. Se ha alcanzado un dinamismo sin precedentes en las relaciones euro-venezolanas; pero todavía podemos hacer mas, no solo para consolidar los existente sino para buscar un acercamiento sistemático, integral e indivisible con el principal bloque económico del mundo, ya en su estadio mas avanzado de integración económica con la creación de la moneda única en once de sus quince Estados miembros. La política exterior de Venezuela debe perseguir una relación mas equilibrada y dinámica con la Unión Europea y con sus Estados miembros individualmente, no como una manera de contrarrestar la enorme influencia unipolar de los Estados Unidos en la región latinoamericana y en el mundo, sino para nutrirnos de todo el aporte que puede brindar Europa a nuestro desarrollo político, económico y social, en función de nuestros lazos históricos y culturales. Un afianzamiento de las relaciones de Venezuela con la Unión Europea y sus Estados miembros debe pasar por una atención prioritaria y con visión estratégica de los siguientes aspectos: 1.- Pese a que durante el trienio 1995-1997, el comercio total con la Unión Europea aumento respecto del trienio anterior, las cifras continúan siendo relativamente pequeñas. El Ejecutivo Nacional ha puesto a disposición del sector empresarial nacional instrumentos tales como el SGP andino, para el acceso preferencial al mercado comunitario (US$8,4 billones, PIB de la UE), y nuestros exportadores deben ser mas pro-activos en la búsqueda de mercados europeos. En 1997, el comercio total euro-venezolano (exportaciones + importaciones de bienes) ascendió a US$3,6 millardos, alrededor del 10% de nuestro comercio total con el resto del mundo. La Unión Europea es en conjunto nuestro segundo socio comercial, pero un segundo muy distante frente a los Estados Unidos (US%18 millardos) y plausiblemente en vías de superación por la Comunidad Andina si se mantiene la tendencia registrada en los últimos años. Las cifras en materia de inversión extranjera directa son parecidas. Entonces, se justifica que el comercio con el primer bloque económico del mundo sea solo el 10% del comercio total de Venezuela? Que políticas y acciones deben emprenderse o profundizarse para incrementar los lazos comerciales y de inversión entre la Europa de los Quince y Venezuela? 2.- El «posicionamiento» de Venezuela en la Unión Europea transita por el fortalecimiento y dinamización institucional y economico-comercial del Sistema de Integración Andino. La Comunidad Andina ha tenido una serie de tropiezos políticos y de diversa índole durante la presente década que han creado la percepción en Europa de que el andino ha perdido dinamismo y efectividad frente a procesos tales como el Mercosur. De manera que la profundización de los lazos de Venezuela con Europa pasa por la operatividad plena de la nueva estructura de la secretaria general andina, el apoyo político de los gobiernos a las instituciones previstas en el Protocolo de Trujillo, el perfeccionamiento de la zona de libre comercio y de la unión aduanera, la autonomía financiera del sistema y la eventual firma del acuerdo de libre comercio con el Mercosur. 3.- De cara a la próxima década, la Comunidad Andina deberá elaborar un plan estratégico común post-SGP andino, además de consolidar lo existente. México ya inicio conversaciones de libre comercio con la Unión Europea. Las conversaciones con Chile y Mercosur permanecen estancadas en espera del mandato del Consejo europeo para autorizar el inicio de negociaciones, al igual que Chile. Los países andinos pueden no estar preparados para negociar tal acuerdo con la Unión Europea, máxime cuando el que se negocia con el Mercosur presenta interrogantes tan importantes. El plan estratégico común post-SGP andino (que concluye en el 2004, con revisión en el 2001) debe estar presidido de un plan estratégico de Venezuela frente a los procesos de integración latinoamericanos, el Alca y la Unión Europea, como requisito previo. 4.- Los instrumentos institucionales ya suscritos para el desarrollo de una relación energética especial con la Unión Europea deben ser divulgados y colocados en el tope de la agenda de nuestra política exterior. Ahora bien, estos instrumentos deben ser asimilados y asumidos no solo por los ministerios de Relaciones Exteriores y Energía y Minas, sino por PDVSA, el FIV -como propietaria de las empresas eléctricas del Estado-, el empresariado privado nacional y extranjero. 5.- La presencia de Venezuela en Europa puede y debe suponer también un esfuerzo profesional y debidamente planificado para promover nuestra cultura plástica y nuestra literatura, nuestros nuevos valores musicales y el potencial turístico y ecológico de nuestro país. Hay en Europa una avidez naciente por el turismo ecológico en Venezuela. A nivel académico, se debe crear una red de acuerdos con universidades e institutos de estudios superiores europeos. Exposiciones itinerantes como las que realizan México y Chile pueden ser realizadas con recursos relativamente limitados. Una relación verdaderamente existencial entre Venezuela y Europa no puede quedarse solamente en lo burocrático, en el buen sentido de la palabra, sino que tiene que asumirse como compromiso del país y del ciudadano. El problema de la definición y ejecución de una política exterior en Venezuela es que el tema se aborda desde una perspectiva enteramente académica o desde una visión completamente anecdótica. O vuela por la estratosfera o se sumerge en lo subterráneo. Se cae en un simplismo enorme cuando se piensa que el problema de la política exterior del país solo depende de aprobar una ley o reducir personal en la cancillería. El problema es mucho mayor y esta vinculado a la cohesión entre un plan realizable de desarrollo político, económico y social a largo plazo y su dimensión internacional; pero contando con los recursos humanos y financieros para llevarlo a cabo con efectividad y resultados medibles cuantitativa y cualitativamente. En este articulo hemos esbozado el marco conceptual e institucional de una política exterior del país frente a la Unión Europea como virtual estado supranacional, y frente a Europa como cultura y civilización, con cinco recomendaciones concretas y terrestres sobre que hacer para alcanzar plenamente la reinserción de Venezuela en el continente que nutrió con tantas otras culturas nuestro gentilicio y nacionalidad.