La reforma hace valer la rebelión
Como recordarán muchos de mis amigos lectores asiduos, nunca admití que el régimen chavista fuese caracterizado como castro-comunista, ni totalitario, ni siquiera dictatorial.
Sencillamente estábamos ante un régimen sui-generis, atípico, mas bien próximo a modelos nacionalistas burgueses, del tipo de Perón en la Argentina, de finales de los 40 y hasta 1955. Con drásticas diferencias con este, por supuesto, como por ejemplo, en relación a la base social de ambos.
La totalidad de la clase obrera argentina, de gran peso en una economía capitalista de mediano desarrollo en la inmediata posguerra, se hizo peronista y aunque el peronismo actual tenga muy poco que ver con el originario, la base social obrera del movimiento justicialista, sigue siendo su principal soporte político.
El Chavismo en cambió se articuló a partir de sectores desclasados pertenecientes al irredentismo de las capas mas pobres subsidiarias políticamente de las maquinarias clientelares asistencialistas de AD y COPEI.
Estos fueron organizados en emergencia por oportunistas arruinados de las capas medias, entre los cuales pululaba la totalidad del segmento izquierdoso ex-guerrillero fracasado, agónicamente clientelar, que pugnaba por su crecimiento y ascenso social tardío, bajo el manto del chiripero de Caldera.
No podía faltar como estrato dirigente, además de los golpistas fracasados y sus familias, muchos vivarachos del sector empresarial, de protegidos de la Cuarta, especialistas en quebrar empresas, que los dejaban ricos, para que el siguiente gobierno las reflotara de nuevo a costa del fisco.
Notorio fue además el apoyo irrestricto de grandes plutócratas, sobre todo del sector mediático.
Vean la legión de “revolucionarios” burócratas, con los que Chávez fue montando el gobierno, obsérvenlos, ávidos de altos salarios y de compra apremiante de bienes, para poder entender que estábamos ante la conducta agravada de los mismos factores originarios del viejo clientelismo popular de los partidos AD y COPEI, que venían, a por su revancha, luego de haber quedado varados, tras alguna de las múltiples trifulcas, que dejaban sin sustento, a los de la corriente que perdía en los tendenciales agrupamientos candidaturales de los viejos partidos.
La dirección política del chavismo, aparte de unos pocos empresarios y profesionales en general estuvo y esta constituida por lumpenes, es decir segmentos sociales desclasados, pero ahora enriquecidos durante el usufructo cada vez mas obsceno del poder y convertidos en la burguesía roja que ya incluye centenares de rubicundos potentados.
Lo errático de demasiadas opciones políticas del chavismo desde su llegada al poder, se deben precisamente a esa estructura social multiforme de desestructuración perturbadora.
Dependiendo de los factores que presionen o controlen los espacios de poder, vimos y veremos la impronta del segmento pequeño burgués, e incluso empresarial que impone el sello de sus intereses.
Al cabo de 8 años y medio, el factor lumpen es el dominante en el régimen. Lo personifica Chávez y sus acólitos ex-militares, peor que nadie, y ahora ha resuelto pasar a una fase absolutamente aventurera, que se expresa sustancialmente en dos artículos de la Reforma modificando el 112 y el 116, con los que intenta darle base legal y social a su dictadura y con ella aspira eternizarse en el poder despótico mediante el articulo que le permite su reelección vitalicia.
A la condición de Estado forajido, que ya exhibimos en la arena internacional, el chavismo aspira ahora darle coherencia con el modelo político social, que intentará implantar en la sociedad venezolana y en el régimen y el Estado, con la nueva constitución comunista, a aprobarse fraudulentamente en diciembre 2007.
Con ese Referéndum se cierra si, el ciclo de cambio histórico en la estructura y superestructura, jurídica y social, que designa la naturaleza del régimen.
Esa naturaleza cambia cualitativamente al adoptar el Estado el artículo 112, que liquida la propiedad privada, y el artículo 116, que declara el poder como generado desde organizaciones ad-hoc (chavistas) del poder popular y elimina el sufragio universal, como fuente e ese poder.
La eliminación de ambos artículos hasta hoy vigentes y los que impondrá Chávez con su fraude referendario, dejan taxativamente clara y superada toda discusión sobre la naturaleza política del estado venezolano, que de dictatorial y comunista de facto, pasa a serlo de jure, justificando para los demócratas, el derecho a la rebelión.
En lo adelante solo quedará la evaluación de cuan fuerte pueden ser las sobre vivencias en los espacios privados de la economía y los fundamentos democráticos que puedan salvaguardarse, en los derechos ciudadanos, desde las luchas por preservar espacios de sociedad democrática, pero eso ya pertenece a la esfera de las estrategias política y no a la discusión de fondo sobre que tipo de régimen y de Estado se esta decidiendo imponer con la Reforma chavista que cambia la Constitución todavía democrática de 1999.
Para ponerlo en sencillo: La constitución de 1999 es la de un régimen político de vocación dictatorial, pero aun dentro de un estado capitalista democrático, por su esencia jurídica, mientras que con la Constitución chavista del 2008, que impondrá Chávez, pasaríamos a ser un estado de transición hacia un una economía estatista de tipo comunista, con un régimen dictatorial de instituciones tumultuarias de Estado de vocación totalitaria inmediata.
Frente a ese hecho al parecer irreversible, que cambia la naturaleza del Estado de la nación venezolana ,es pertinente la discusión, sobre si debe evitarse, mediante la legitimación de toda insurgencia en todo o parte del territorio nacional, la ruptura del estado nacional mediante la secesión de estados que no acepten el totalitarismo chavista, en ciernes y si es licito o no la insubordinación militar masiva, y hasta el pedido de ayuda externa de naciones amigas, para impedir esa consumación de la liquidación del estado democrático.
A P E N D I C E
DOS DE LOS TEXTOS DE LA CONSTITUCION DE 1999
Y LAS DOS MAS PELIGROSAS SUTITUCIONES QUE HACE LA REFORMA, QUE IMPONDRA CHAVEZ, A MENOS QUE LO SAQUEMOS DEL PODER ANTES
Artículo 112, Constitución de la República Bolivariana de Venezuela:<bR<
Todas las personas pueden dedicarse libremente a la actividad económica de su preferencia, sin más limitaciones que las previstas en esta Constitución y las que establezcan las leyes, por razones de desarrollo humano, seguridad, sanidad, protección del ambiente u otras de interés social. El Estado promoverá la iniciativa privada, garantizando la creación y justa distribución de la riqueza, así como la producción de bienes y servicios que satisfagan las necesidades de la población, la libertad de trabajo, empresa, comercio, industria, sin perjuicio de su facultad para dictar medidas para planificar, racionalizar y regular la economía e impulsar el desarrollo integral del país”
Anteproyecto Reforma Constitucional
Artículo 112:
El Estado promoverá el desarrollo de un modelo económico productivo, intermedio, diversificado e independiente, fundado en los valores humanísticos de la cooperación y la preponderancia de los intereses comunes sobre los individuales, que garantice la satisfacción de las necesidades sociales y materiales del pueblo, la mayor suma de estabilidad política y social y la mayor suma de felicidad posible.
Asimismo, fomentará y desarrollará distintas formas de empresas y unidades económicas de propiedad social, tanto directa o comunal como indirecta o estatal, así como empresas y unidades económicas de producción y/o distribución social, pudiendo ser éstas de propiedad mixtas entre el Estado, el sector privado y el Poder Comunal, creando las mejores condiciones para la construcción colectiva y cooperativa de una Economía Socialista.
Anteproyecto Reforma Constitucional
Artículo 136:
El Poder Público se distribuye territorialmente en la siguiente forma: el Poder Popular, el Poder Municipal, el Poder Estadal y el Poder Nacional.
Con relación al contenido de las funciones que ejerce, el Poder Público se organiza en Legislativo, Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral.
El pueblo es el depositario de la soberanía y la ejerce directamente a través del Poder Popular. Este no nace del sufragio ni de elección alguna, sino que nace de la condición de los grupos humanos organizados como base de la población.
El Poder Popular se expresa constituyendo las comunidades, las comunas y el autogobierno de las ciudades, a través de los consejos comunales, los consejos obreros, los consejos campesinos, los consejos estudiantiles y otros entes que señale la ley.