La razón de tu sinrazón
Lo que a mi más me molestó del bendito Art. 58 de la «(%=Link(«/bitblioteca/anc/constitucion1999.asp»,»bolivariana»)%)», fue la despreocupada e irresponsable actitud de quienes lo aprobaron. Recuerdo que cuando la discusión estaba en su punto álgido, cuando ya Peñita había defendido su «video» del sacrosanto Comandante (al que Jordán tildó de maniqueo) y ya Escarrá nos había echado su perorata epistolera, en ese momento se levantó monseñor Istúriz y, con sorpresiva sabiduria milanesa, sanjó el asunto, añadiendo la frase «sin censura», así no más. Al final, el artículo rezó así:
«(%=Link(«/bitblioteca/anc/constitucion1999.asp#058″,»Artículo 58″)%). La comunicación es libre y plural, y comporta los deberes y responsabilidades que indique la ley. Toda persona tiene derecho a la información oportuna, veraz e imparcial, sin censura, de acuerdo con los principios de esta Constitución, así como el derecho de réplica y rectificación cuando se vean afectados directamente por informaciones inexactas o agraviantes. Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a recibir información adecuada para su desarrollo integral. »
Después de su aprobación, siempre me quedó la duda de como cuadrar lo de la veracidad con lo de la censura. El término «veraz» tiene una innegable connotación moral, una suerte de imposición en cuanto a lo que «debe ser»; mientras que, por el contrario, la frase «sin censura» es una suerte de mandato en dirección opuesta, hacia el «puede ser». Si buscáramos alguna relación entre ellas, digamos causal, entonces tendríamos que preguntarnos cuál precede a cuál, cuál es consecuencia de cuál, o cosas por el estilo. Por supuesto, caemos en una suerte de antinomia, algo asi como buscar aquél barbero de pueblo que afeita a todos aquellos que no se afeitan a sí mismos. ¿Se afeitará él mismo? Seguramente Isturiz diría, vox sacra, que la cosa es igual; después de todo, si entre libertad e igualdad él tiene que elegir, el pela por la segunda a costa, claro està, de la primera de los demás. Y en cuanto al barbero, bueno, seguro êl diría: bueno, chico, lo afeito yo, ¿y?
En fin, el asunto del diario La Razón me obliga a recordar aquel otro asunto. Veo en el sector oficial esa fina, cínica, despreocupada e irresponsable actitud hacia la libertad de expresión que se hizo manifiesta en la carrera de zancadas constituyente. Es como si viera hecha una realidad la preocupación pueril de un Escarrá en relación a un Jaimito redivivo. Es ver a un Rangel desnudo en toda su naturaleza clintoniana, siempre diciendo la verdad, a medias, siempre aceptando la responsabilidad, a medias (y no por ahora), y señalando con el dedo a una Nitu Pérez O. diciendo: «¡Tú a mi no me jodes!» O, tal vez, ver a un primaveral veraniego como Miquilena, respondiendo las cabronuras de Teodoro con otras cabronadas, entre dientes y con una sonrisa ¡chiclet adams!. O, quizá, al ver a nuestro Comandante neo-padre de la patria, espetando a las cuatro esquinas de la Bolivariana República, su vocinglería en contra de los corruptos, negativos, ignorantes, oligarcas y «vade retro satanás» que se han atrevido a afirmar que él no estaba (¿muerto de terror quizá?) ese día, sino de parranda.
Es como si de la era de las peluqueras pasáramos hoy, a la era de los nachos. Recuerdan aquel personaje, también de Sabaneta de la Patria, que hace algunos meses confesó en una entrevista que él no estaba haciendo nada que «los otros» no hicieran. Supongo que el asunto este de La Razón podría solucionarse igual. Después de todo, aquí no se hace nada que antes, en esos corruptos, diabólicos, oligárquicos, displicentes, negativos y #$%@^!2#, 40 años anteriores no se hiciera también. Si se mataron «saqueadores» en la playa, ¡no juegue!, acaso Betancourt no fue el que dijo «disparen primero y averigüen tal vez»? Si se llenaron los curules de forma digital, no fue acaso Alfaro el padre de la digitalización de la política nacional? Si se otorgan contratos y trabajos a los «panas», no fue acaso (%=Link(«/bitblioteca/cap/»,»CAP»)%) aquel que tenía sus doce apóstoles, y no precisamente para sembrar las buenas nuevas? Si se saca a Teodoro y se persigue a La Razón, bueno, la Blanquita casi cierra al Diario de Caracas y Jaimito le sacó la madre a ese otro, no?
Lo triste, y mira que siempre hay algo triste diría Perucho, es que día a día hay menos libertad, menos democracia, menos participación y más, más de lo mismo. ¡No juegue!