La radio también es mía
Escribir sobre la radio y escribir sobre mi vida es lo mismo, porque yo he sido, una oyente enfermiza. Me he enamorado de locutores. Me he comprado radios de pilas –hace algunos años- para no perderme programas. Me he trasnochado para escuchar a jóvenes creativos. He vivido acontecimientos tensos, mientras conducía en medio del tráfico de Caracas. He llorado cuando algunos espacios han salido del aire. Y, a lo largo de mi carrera, no sólo he entrevistado a unas cuantas voces seductoras, sino que también he tenido el placer de trabajar en un estudio, interactuar con los oyentes y conectarme afectivamente con mis operadores. Por eso también puedo decir que: “La radio es mía”. Con ese nombre representantes, periodistas, oyentes y trabajadores de las radios venezolanas, tras el cierre de 34 emisoras a nivel nacional, dieron a conocer ayer en el Centro Cultural Chacao, la constitución de esta fundación que busca reunir a todos los amantes del medio.
“Este atentado no solamente va contra el derecho a poder escoger cada una de las personas lo que le interesa, lo que más le conviene escuchar”, señaló el presidente de la Fundación la Radio es Mía, Juan José Bartolomeo, vicepresidente de relaciones institucionales de CNB. Por su parte la comunicadora Marisabel Párraga, visiblemente emocionada, recordó la calidez del micrófono y aprovechó para promover la salida de la radio a la calle. “La invitación es a llevar la radio a la calle. Tenemos que hacer la mejor radio, que hayamos hecho nunca en la historia de Venezuela”, expresó convencida.
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Tras su intervención tomó la conducción del evento la experimentada Isa Dobles quien, con voz clara y cargada de sentimiento, contó anécdotas y recordó el valor del medio. “Hace 50 años amigos, la radio empezó a ser mía. Y aprendí que la radio, a pesar de su simpleza, tiene un significado muy grande. A la radio le tienen miedo porque la voz crea un vínculo muy fuerte con el ser humano, y más, si esa voz se usa para ayudar a la gente. Por eso, es maravillosa”, aseguró con fuerza.
Entre aplausos y consignas a favor de la creación de la Fundación la Radio es Mía”, René Acosta, representante de la Fundación OIR, explicó con palabras sencillas lo que significa sacar del aire a la radio. “Quitarle la radio a las personas mayores que están haciendo sus oficios, atendiendo a sus nietos, a sus hijos, a muchos hombres que salen de guardia en las noches, a personas que se desvelan y se acompañan con las voces de los locutores, es quitarles, uno de los más grandes consuelos psicológicos humanos que pueda existir en el mundo”, enfatizó.
Por otra parte, el periodista Roger Santodomingo insistió en el objetivo de la agrupación. “Esta lucha, es una lucha porque la radio es mía, pero Venezuela es mía y es de todos no sólo de un pequeño grupo que trata de secuestrarla y apartarnos de ella. Lo que nos quieren quitar es un derecho, no solamente el derecho que tenemos todos nosotros a saber sino el que de los que tenemos un micrófono a preguntar, y ese derecho a preguntar -esa pregunta incómoda- es esencial para la democracia, para la libertad y para el periodismo”, dijo con seguridad.
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Otro de los ponentes fue Víctor Neda, operador de CNB y quien fue el designado para cesar las transmisiones de la emisora. Neda, dejó a un lado la consola de sonido y pasó de operador, a ocupar el rol de locutor por unos segundos. Sentido por la situación que estamos viviendo, no dudó en pedir que las manos se cerraran, que no se escucharan aplausos porque el momento actual es de tristeza, no de alegría. “Creo que no deberíamos aplaudir. Los que trabajamos en este medio, estamos de luto, como si se nos hubiese muerto un familiar. Es nuestra vida, nuestro presente, nuestro futuro y el de nuestros hijos. Ojalá que esto sólo sea un pequeño bache y que, en algún momento, puede ser cuestión de segundos, horas, semanas, todo vuelva a ser como antes, por el bien de todos los venezolanos”. Por el bien de todos, de nuestra radio y del país.
