La propuesta revolucionaria de Chávez: una gran farsa
Que engaño y farsa ha sido la propuesta revolucionaria y bolivariana del presidente Hugo Chávez Frías, de lo que prometió y dijo hace más de un año, no ha cumplido prácticamente con nada. Sin embargo, el país se desarma, destruye y divide día a día y nuestro conductor lejos de gobernar, se dedica a pelear, fustigar y adversar como cual candidato de oposición al gobierno y candidatos de turno. Que distinto sería si nuestro presidente tuviera ese mismo coraje y carácter que lo caracteriza para pelear y discutir con los diversos líderes y sectores económicos, políticos y sociales, lo tuviera para gobernar, para tomar las medidas necesarias que el país, la sociedad y economía demandan.
Esta gestión de gobierno en lo que va desde su elección, todavía ni siquiera se ha posesionado de los problemas y peor aún de las medidas, proyectos y equipos necesarios para poder enfrentar el dilema y crisis que devora al país día a día, insisto, no se que estamos esperando para comenzar a trabajar, despegar, controlar el estado permanente de violencia en que vivimos, reactivar el aparato productivo, controlar el desempleo creando verdaderas y estables fuentes de trabajo y acometer todo el conjunto de propuestas (muy interesantes y requeridas) aportadas por tantos venezolanos valiosos en el país y fuera de este.
En este sentido, la salida al ruedo político de FRANCISCO ARIAS CÁRDENAS debe considerarse aparte de un hecho relevante y por demás pertinente, constituye una decisión totalmente positiva, valiente y demandada en el escenario político actual dominado por la ineficiencia, la incertidumbre y oficialismo de turno.
Ahora bien, somos partidarios y nos acogemos a la tesis de que la oposición liderizada por Francisco Arias Cárdenas, aparte de que no puede repetir los errores cometidos de manera reiterada por Hugo Chávez y de no poder agotarse en el personalismo de quien la ejerce, debe proponer inequívocamente un PROGRAMA DE GOBIERNO Y GESTIÓN PÚBLICA bien estructurado, pertinente, concatenado con las realidades del país y de la región. Igualmente, su estilo de hacer política no puede gravitar en el rallado discurso de la ofensa, la descalificación y los 40 años de corrupción de las cúpulas podridas o en los errores cometidos antes y ahora.
En las primeras de cambios y por la gestión que desarrolló en el Zulia este venezolano, creemos que si bien es cierto tiene un origen común con Hugo Chávez Frías, en su proceder y accionar rompe sustancialmente con este último, Arias nos parece un tipo ponderado, medianamente formado, equilibrado, con formación militar pero con convicción de demócrata puesta a prueba en su gestión, quiebre y decisión actual de postularse a la presidencia de la República.
Es necesario de una vez por todas aparte de reinsertar al país y su economía en la dinámica de la eficiencia, la productividad, el crecimiento y la rentabilidad, además de optar por un nuevo liderazgo que deje a un lado ese discurso inquisidor, ordinario, retador y pendenciero que ilustra y define a nuestro actual presidente, por un discurso fresco, moderado, crítico y comprometido con un verdadero proyecto nacional, que aglutine y una a todos los venezolanos en un esfuerzo común por un mejor país, economía y sociedad.
Lo que hemos observado en esta primera parte y lustro de la REVOLUCIÓN CHAVISTA , lamentablemente aunque no queramos aceptarlo, en cuanto a la forma de hacer política es más de lo mismo y deja mucho que desear. Sin embargo hay que agregarle a esto la contracción económica, el aumento del desempleo a cifras nunca antes vistas (la más alta en estos últimos treinta y tres años), el aumento radical y constante de la violencia, la persistencia de la corrupción y el estancamiento de la economía y aparato productivo paradójicamente con un aumento histórico del petróleo.
Paralelo a esta situación de crisis y agravamiento, encontramos por una lado a un presidente que sigue con el mismo discurso de cuando inicio su campaña hace dos años, sin darse cuenta que es el presidente de la República y no un candidato a la Asamblea Nacional, el mismo, continuamente sigue hostigando y azuzando a la población, descalifica a cuanto líder le adverse, por otro lado, EL PRESIDENTE FUNGE DE PROFESOR DE ÉTICA EN LA ACADEMIA MILITAR DE VENEZUELA, CUANDO ES EL PRIMERO EN NO CONTAR Y RESPETAR UNA ÉTICA MÍNIMA DE RESPETO Y TOLERANCIA CON SUS ADVERSARIOS Y CONCIUDADANOS. Creemos que esto forma parte de la HIBRIDEZ Y EXTRAVAGANCIA que caracteriza la personalidad y forma de conducirse de nuestro conductor, y lo más repugnante viene dado por la acogida y celebración de muchos compatriotas de estas cuestiones y ademanes.
El panorama actual nacional sigue siendo crítico y confuso, frente a esto por conciencia, convicción y responsabilidad, debemos de ser muy críticos a la hora de seleccionar y optar por continuar con el ESPERIMENTO DE LA REVOLUCIÓN CHAVISTA o por el contrario optar por la posibilidad de un cambio gradual, equilibrado y por sobre todo necesario en el país representado por Francisco Arias Cárdenas.