La perversión del clientelismo
Todos los seres humanos tienen derecho a acceder a las prestaciones primordiales de salud, educación, vivienda y alimentación. Deplorablemente, los esquemas sociales no siempre están encaminados hacia los que más los necesitan. En el actual caso venezolano son utilizados para favorecer intereses políticos o proselitistas para generar y conservar inclinaciones políticas, garantizar el voto para el grupo en el poder y acompañar marchas y manifestaciones aclamacionistas del culto a la personalidad. Este esquema lo maneja muy bien quien pretende detentar el poder por tiempo indefinido.
Son tres los actores que intervienen en el acto clientelar. Por una parte esta el administrador de la riqueza colectiva quien de manera corrupta dispone arbitrariamente de los fondos del Estado. El segundo gran actor es el mediador o bisagra que no posee capital económico, pero que si cuenta con el conocimiento de la comunidad con la cual intermedia y también con las claves de la conexión con ella, y es quien en la mayoría de los casos se queda con la mejor tajada. El tercer actor es quien recibe la ayuda de sobrevivencia pero a cambio tienen que votar de cierta forma, asistir a eventos de apoyo político o devolver otro tipo de favores. Si el beneficiario no asiste a un evento para apoyar a un político en su campaña se le niega la ayuda social que recibía, se le suspende del puesto que detentaba o se le impide al acceso a los beneficios y servicios que por ley le corresponden.
Por tanto, la relación clientelar es un mecanismo de dominación implantado por el neopopulismo porque el político y el mediador brindan ayuda siempre pidiendo algo a cambio al usuario, quien por carencia económica tendrá que llevarlo a cabo. Por ello el clientelismo no conduce ni a la democracia ni a la modernización, dado que no contribuye a la participación ciudadana, y genera una sociedad fragmentada unida sólo por relaciones clientelares y personalizadas que mantienen el estado de las cosas tal y como está. Los marginados son aquellos que se resisten ha defender su conciencia.
El clientelismo no ayuda ni a la calidad ni a la efectividad que se le pide al régimen de las libertades públicas y derechos civiles. Este gobierno no ha sido apto de resolver problemas básicos como la reducción de la pobreza y uno de estos motivos es el clientelismo imperante que permite la continuidad de la dependencia de los subyugados del gran proveedor.
Cada participante del campo clientelar tiene objetivos propios. Los clientes buscan respuestas a sus necesidades básicas inmediatas, los mediadores pueden motivarse por diferentes cuestiones, desde adscripción partidaria o ideológica hasta el mantenimiento de un empleo estatal, y los jefes buscan a su vez acumulación política, como objetivo estratégico, y acumulación electoral, como objetivo coyuntural.
El dominio personal está respaldado por lealtades que no necesitan de las creencias en los atributos personales de los que poseen el poder político, sino que las lealtades están vinculadas a incentivos y recompensas materiales. Así pasa en algunos partidos y líderes políticos los cuales desarrollan relaciones clientelares y, que además, les son aceptadas como parte de su juego político, donde quien posee mayor posibilidad de acceso a la distribución de bienes y servicios, podrá entregar una oferta a sus militantes, adherentes o simpatizantes incondicionales, quienes conservaran ésta categoría de incondicionalidad mientras se mantenga la seguridad laboral o económica para el cliente-militante del partido.
Los que sobreviven gracias al clientelismo y a la venta de espejismos, como una relación de ilusionismo referida hacia la practica política, promocionan modos arcaicos de comercialización para cuando la riqueza que dispendian se agote o tengan que dirigirla hacia otros objetivos. Esos recursos de búsqueda de continuidad en el poder son basados en la modalidad del trueque o de las monedas circunstanciales.
Luchemos por una sociedad de bienestar en libertad.
*Carlos Padilla es Presidente del Movimiento Republicano
y Coordinador Nacional de Organización del
Directorio Popular Alternativo