La Patada Histórica
Exactamente eso fue lo que hizo el general Juan Vicente Gómez, jefe militar, al presidente Cipriano Castro, quien gobernó hasta antes de finalizar la primera década del siglo pasado. Castro salió del país a convalecer de una enfermedad y dejó encargado al general Gómez quien arregló las cosas para quedarse con el poder político y darle la patada histórica al llamado Cabito.
Haciendo un recuento de las veces que esa acción se pudo identificar como repetida en Venezuela destaca lo que el general Isaías Medina Angarita le hizo al general Eleazar López Contreras, quien por allá por los años 40 intentaba reelegirse como presidente y Medina lo impidió.
La patada histórica fue la que Carlos Andrés Pérez Rodríguez(CAP) dio al liderazgo de Rómulo Betancourt Bello en 1973 cuando éste decidió no plantearse la reelección y dejó en manos de CAP el liderazgo del partido Acción Democrática (AD), cuando lo hizo su abanderado, y luego el liderazgo del país como presidente.
Más clara y estruendosa fue la patada histórica que Eduardo Fernández Jiménez le dio a Rafael Caldera Rodríguez en 1988 cuando en El Poliedro de Caracas le ganó una elección entre dirigentes copeyanos de un cónclave reducido que seleccionó al candidato presidencial verde para los comicios de aquel año. Caldera entonces, herido en su orgullo al ver que su propio partido le rechazaba, sentenció:
«Yo paso ahora a la reserva».
Y así se fue a su casa y no movió ni un dedo para apoyar a su ex delfín en la campaña electoral presidencial de Fernández, que perdió con el propio Carlos Andrés Pérez. Caldera después se la cobró con creces a Fernández y a sus otros delfines copeyanos cuando creó el partido Convergencia en 1993 y le ganó las elecciones al socialcristiano Oswaldo Álvarez Paz.
Pero el asunto es ahora si los dirigentes principales del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) darán la patada histórica a Hugo Chávez Frías. Cuando la ex magistrada Rosa Mármol de León, recién salida del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), comentaba el miércoles que lo del Presidente es ya una falta absoluta, no estaba sino instando a la dirigencia del Psuv y al propio Tribunal Supremo de Justicia a ejecutar la famosa patada.
Sin embargo, por lo menos hasta ahora, lo que está privando en los delfines del chavismo está contenido en la siguiente frase que le he escuchado casi textualmente a algunos dirigentes: «El presidente Chávez tiene derecho a tener tiempo para su recuperación».
Hasta ahora no están pensando en la patada histórica.
Lo que no implica que pueda ocurrir en el futuro, incluso cercano.
Hay varios escenarios que se plantean desde la perspectiva que dejó ver Chávez cuando dijo en diciembre que elijan a Nicolás Maduro como presidente. Desde entonces se repiten hechos políticos e institucionales destinados a empoderar a Nicolás Maduro y darle prestancia presidencial.
Puede pasar tiempo antes de que quienes controlan el poder consideren que el vicepresidente Maduro esté listo para lanzarlo a una elección presidencial. Podrían pasar meses.
Pero puede ocurrir por ejemplo que los delfines consideren que ya Maduro está listo para lanzarlo a una elección y que el tiempo los presione para adelantar las votaciones, so riesgo de que la situación económica o las disputas internas atenten contra el éxito de la candidatura del vicepresidente.
Aquí juega entonces la salud de Chávez y su voluntad o no de abrirle el paso definitivamente a su delfín. Esto es una decisión política que tendrán que tomar entre ellos, sobre todo atendiendo a la voluntad del mandatario titular, si es que está en condiciones de manifestarlo, como hasta ahora parece que ocurre.
Y en el caso de que Chávez desee mantener la titularidad o que no pueda manifestarse, podríamos estar en presencia de la repetición de ese fenómeno histórico en la política venezolana y que siempre lleva un toque de crueldad.
