La Oposición y el Síndrome de Estocolmo
En 1972, cuatro personas fueron secuestradas y retenidas en la boveda de un banco en Estocolmo, Suecia, por más de cinco días. Durante ese tiempo, secuestrados y secuestradores desarrollaron un extraño lazo afectivo que, desde entonces, es conocido como el (%=Link(«http://www.secuestroexpress.com.ar/estocolmo.htm «,»Síndrome de Estocolmo «)%). De acuerdo con la ciencia siquiátrica, este síndrome se manifiesta como un lazo de interdependencia que se crea entre ciertas víctimas de violencia y sus perpetradores; sobre todo, cuando estos últimos someten a los primeros, por un periodo prolongado, a ciertas formas elaboradas de amenaza (como por ejemplo de muerte) que, sin embargo, nunca se consumen.
Pues bien, esto pareciera ser lo que sufre buena parte de la dirigencia opositora venezolana, la cual, frente al abuso continuado de toda suerte al que el régimen castro-comunista de Hugo Chávez la somete, permanece pasiva, confusa y, mas aún, obediente, como si su destino estuviera irremediablemente ligado al de los victimarios de nuestra patria.
Ejemplo de ello es la forma como cierto liderazgo de oposición insiste en continuar jugando a la candelita con el régimen, dándole lo que no tenemos, tiempo, para que continue su campaña de arrase total de nuestras libertades, de nuestra institucionalidad y de nuestra soberanía. Si bien es cierto que las intenciones pudieran ser buenas, tambien lo es que la desconexion con la realidad que esta posición manifiesta sólo puede explicarse en términos del susodicho síndrome. La forma como algunos insisten en una salida negociada a través de organizaciones internacionales que nunca han servido para otra cosa más que para despilfarrar el dinero de los contribuyentes de sus paises signatarios, es un absurdo equiparable al suicidio. Estas organizaciones fueron creadas bajo la ilusión de un supuesto supra-estado del bienestar internacional; doctrina atroz, por demás, que la izquierda ha pretendido imponer al mundo desde el fin de la Primera Guerra Mundial. Por suerte, jamás lo han logrado y, por el bien de todos, espero jamás lo logren.
Otro ejemplo es lo que sucede con el bendito referendo revocatorio, el cual ahora pareciera ser más una política de estado del régimen, que una salida consensuada y supuestamente democrática a la crisis; lo que nunca fue. La verdad es que el fulano referendo sólo es y será otra burla; otra táctica dilatoria que el régimen utilizará en su beneficio, para impulsar su aparentemente indetenible proyecto de destrucción de nuestro sistema de libertades; de entrega de nuestra soberanía y riquezas a los planes de conquista hemisférica que la izquierda y su líder fundamental Fidel Castro iniciaron hace más de cuarenta años.
Por esa razón, ante un liderazgo paralizado por el Síndrome de Estocolmo, ante un régimen sanguinario que pretende imponernos una revolución de pacotilla, es a nosotros, a los ciudadanos de a pie, a los intelectuales no comprometidos con doctrinas e ideologías moribundas, a los militares que no han vendido ni su alma ni su honor, al verdadero liderazgo sin compromisos ni rabos de paja, a quienes nos toca iniciar el rescate inmediato de nuestra patria, cuanto antes, antes de que sea tarde, de que el proyecto de conquista nos robe la victoria, y con ello nuestras libertades y, sobre todo, nuestro futuro y el de nuestros hijos.