La oposición: opciones y decisiones
La oposición, públicamente, está unida alrededor de la opción del referéndum revocatorio y se está preparando para ese escenario. En efecto, el referéndum revocatorio es el único escenario electoral en donde la oposición se unifica automáticamente alrededor del “sí”. Chávez, en cambio, aun en el marco electoral, tiene opciones más favorables a sus intereses. El Presidente tiene en sus manos la opción de renunciar cuando lo considere oportuno, en ese caso la Constitución indica que el Vicepresidente asumiría la jefatura del Estado y debe llamar a elecciones presidenciales en 30 días.
En un Estado de Derecho efectivo, parecería evidente que un Presidente que renuncia a su cargo no podría presentarse nuevamente como candidato, para terminar el mismo mandato al cual renunció voluntariamente 30 días antes. Sin embargo, es muy improbable que la actual Sala Constitucional impida una potencial candidatura de Chávez, después de su eventual renuncia. Otra opción posible es que, a través de una enmienda constitucional que recorte el mandato del Presidente y de la Asamblea Nacional, se abra el camino para unas elecciones generales. Obviamente, esta opción es más compleja porque requeriría un referéndum para aprobar la enmienda y la oposición podría impedir su actualización. En todo caso, me parece obvio y necesario que la oposición deba prepararse para enfrentar todos los escenarios potenciales. Esto implica tomar decisiones en relación con el espinoso tema de la candidatura presidencial. Parecería que al Dr Salas Roemer lo han convencido de que la llamada “economía del voto” hará confluir espontáneamente los votos de la oposición hacia el candidato que aparecerá con mayores probabilidades de ganarle a Chávez. Esto podría ser muy cierto en una campaña normal de varios meses de duración, en cambio es una irresponsabilidad pensar que la “economía del voto” pueda funcionar eficientemente en apenas 30 días y cuando no hay un evidente “front runner” de la oposición en las encuestas. Por tanto, considero que la oposición debe decidir, de una vez, un procedimiento democrático, transparente y legítimo para elegir un candidato unitario, en un “firmazo”, por ejemplo; y prepararse técnicamente para implementarlo, si llegase a ser necesario, en pocos días. Si la salida será electoral, con o sin referéndum, hay que definir el procedimiento para elegir el candidato unitario.