La nueva piratería del poder
El orador gritaba. Como siempre, hacía uso de su arte histriónico para envolver al auditorio en su cháchara fácil, fácil de oír y más fácil de decir. Las medias verdades no paraban y las mentiras redondas continuaban. Por enésima vez insultaba a quienes no le aplauden todo lo que dice.
Desde el Poliedro, construido hace más de treinta y cinco años , en el primer gobierno de su libertador, Rafael Caldera, Chávez vejó a los miembros del partido Podemos. Entre otras cosas, les dijo estiércol, “viento malo”, traidores y partido “No Pudimos”.
La desaparición del diálogo ha sido la verdadera novedad que ha impuesto Chávez en el ejercicio del poder. Todo lo demás es clavo pasado. Las misiones, por ejemplo, no son otra cosa que la puesta al día de los repartos que se hacían en los tiempos de democracia. Si antes se entregaban pacas de cemento, bloques y latas de zinc a quienes manifestaban dar su voto a cambio, hoy son las intermitentes y esmirriadas becas.
¿Cuándo se vio a un presidente venezolano caer en ese lenguaje procaz, supuestamente popular, para dirigirse a quienes lo oyen? ¿Ese es el lenguaje que ha arrobado a algunos poetas, como Gustavo Pereira? ¿Así le habla, en la intimidad, a Luis Britto García, a Román Chalbaud o al marxista posmoderno Rigoberto Lanz, cuando les entrega reediciones de sus libros, ordena argumentos para películas carísimas o confía millarditos para ser administrados en la anticientífica Misión Ciencia?
A la procacidad se une la piratería. Con cada vejación se combina alguna mentira disfrazada de verdad. Ya vemos cómo a la Asamblea Nacional le ha ordenado eliminar de la Constitución la propiedad intelectual. Es decir, lo que vemos todos los días, la venta de CD y DVD con reproducciones piratas a granel de música y películas será legal. La falsificación de ropa, perfumes y objetos de toda clase tendrá un impulso que nunca soñó ni el más trabajador de los buhoneros. Quizás nos convirtamos en otro paraíso de los libros fotocopiados, como Cuba, donde el Estado permite el saqueo integral de los derechos de autor.
Pero es que ya le ha ocurrido al mismísimo profe Britto García, flamante miembro de la Comisión secreta que avaló el febril diseño de la falsa reforma constitucional. Se quejaba Britto, en el diario Ultimas Noticias del domingo antepasado, de haber sido plagiado y despojado de su muy burguesa propiedad intelectual. Siempre ocurre lo mismo, se ataca la propiedad privada de los demás. Cuando se meten con lo nuestro, el socialismo lo mandamos para donde debe estar: en el basurero de la historia con el marxista-leninista Stalin y el nacional-socialista Hitler.
Cilia Flores, quien heredara (disponiendo de una propiedad pública) de su marido Nicolás Maduro la presidencia de la Asamblea Nacional, ha dicho que la protección de la propiedad intelectual fue un “strike” que le metieron a la Constituyente. Dice Cilia que se protegerá a los creadores, pero no a las empresas dueñas de productos, eslóganes o procesos. Así veremos cómo, nuevamente, quedarán protegidos los derechos de las multinacionales pero no los de las empresas venezolanas.
A quien sí se le reconocerá su derecho a inventar será a Chávez. Nadie lo parará en la acuñación de nuevas frases y nuevos insultos. Nadie le dirá que hablar de la “nueva geometría del poder”exige, por lo menos, saber qué significa geometría. Y que no se puede incluir en la Constitución tal frase, como si se hablara de una categoría del Derecho estudiada por los tratadistas, así como se habla del contractualismo o del iusnaturalismo. Por más que el damnificado Britto se haya callado la boca, tal cosa (“la nueva geometría del poder”) no existe sino en la mente del Primer Locutor.
Una Constitución tiene que estar bien redactada, sus términos deben ser claros para no ser objeto de interpretaciones caprichosas. Y no debe ser pirata. La nueva Constitución que Chávez quiere imponer es un monumento a la piratería. No sólo por ser, en algunos temas, una mala imitación de la cubana, lo que ya muestra un servilismo intelectual de pésimo gusto y de trágicas consecuencias políticas, sino también por haber sido redactada con desconocimiento, como hito de arrogante ignorancia.
Como ejemplo de la piratería del proyecto chavista de nueva Constitución basta esta línea del artículo 16 que se quiere modificar: “La Ciudad Comunal se constituye cuando en la totalidad de su perímetro, se hayan establecido las Comunidades organizadas, las Comunas y los Auto Gobiernos Comunales, (…)”. El proponente confunde perímetro con área. El perímetro es el contorno de una figura o la suma de sus lados, no su área. El perímetro de un polígono, por ejemplo, se medirá en metros no en metros cuadrados. Se asemeja a una frontera, nunca es la superficie o área misma.
La “nueva geometría del poder” no es nueva sino inexistente. Sus conceptos básicos son falsos. El estudiante más pichón sabe la diferencia que hay entre perímetro y área.
Está bien que Chávez se muestre orgulloso de su ignorancia, al fin y al cabo su experiencia militar no habla de una reposada formación matemática, pero que el profe Britto García no lo haya corregido es imperdonable. El autor de dos libros antipopulistas está más preocupado en recuperar su guión sobre el incendiario y esclavista general Ezequiel Zamora quien, a pesar de permitir entre sus seguidores el odio a los que sabían leer y escribir, si conocía qué era un perímetro.