Opinión Nacional

La novia traicionada

Érase una joven que renació en el año 1958, apenas en los albores de ese año vio nuevamente la luz y a comienzos del siguiente año se empató con su primer novio de esta etapa de su vida. Regularmente, cada cinco años, fue cambiando de novio, para ello, se turnaban miembros de dos familias que en el transcurso de cuarenta años se fueron dividiendo, de manera que a fines del siglo XX estaban totalmente fraccionados y distraídos. Descuidaban sus obligaciones.

Sus hijos, que para 1958 eran algo más de siete (millones) en la actualidad se tiene grandes reservas sobre su número. Se habla de veinticuatro o veintiséis (millones). Las razones son muchas.

Tiene hijos de muchos padres, ha sido pródiga al adoptar como propios a hijos ajenos y muchos de sus hijos legítimos han abandonado el hogar materno y se han dirigido a otros lares.

La gran mayoría de sus hijos eran trabajadores y muy competentes. Sus novios, mal que bien, cumplían con sus obligaciones y respetaban tanto el hogar como las reglas que estaban impuestas. Hoy, hay muchos choros y ladrones.

Cuando llegó a los cuarenta años de edad sus hijos la llevaron a convivir con un nuevo novio. Éste tenía características muy distintas a todos los anteriores. Provenía de una familia que ya la había cortejado en su vida anterior. Desde 1810, fecha de su nacimiento primero, había sido novia de innumerables miembros de esa familia que la habían expoliado, la habían robado, habían abusado de ella y la habían postrado en la más terrible de las enfermedades. La dictadura.

Este nuevo novio la conquistó gracias a las esperanzas equivocadas de la mayoría de sus hijos. Olvidaron que su consejero era un gallego traidor y déspota. Ha sido su novio por más de una década y en ese lapso se ha dedicado a dos actividades fundamentales. Ha dividido a todos sus hijos en dos bandos irreconciliables y ha promovido la destrucción del hogar común.

Para lo primero ha falseado todas las premisas de la familia. Le ha cambiado el apellido. Cambia las reglas a su antojo. Interviene en las propiedades, en los sitios de trabajo y en los hogares de los hijos de la señora. Para lo segundo no ha tenido medida en las violaciones y asesinatos de muchos de los hijos de la señora, especialmente de aquellos que le adversan o disienten de él.

El novio le ha colocado su fortuna en diversos bancos, esta era inmensa, la ha regalado a manos llenas, ahora la señora ha tenido que vender sus joyas de oro. También la ha traicionado con relaciones espurias en otras regiones.

Sus hijos más poderosos están absolutamente plegados a su locura y son cómplices de la violencia de género que el novio ejerce sobre la señora.

A esa señora la llaman Pequeña Venecia.

Nota: Como dicen las películas de ficción: «Cualquier parecido con hechos de la vida real, es pura coincidencia».

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